El músico cubano Francisco Repilado, famoso mundialmente como Compay Segundo, falleció ayer en La Habana, a pocos meses de los 96 años, que iba a cumplir en noviembre. Su muerte se produjo un día después de que su grupo de 11 instrumentistas le rindiera en el Hotel Nacional de la capital cubana un homenaje al que no pudo asistir y que sería casi premonitorio.

Su hijo, Salvador Repilado, fue el encargado de comunicar a la compañía de discos la defunción de su padre. Compay Segundo será sepultado hoy mismo en el cementerio de Santa Efigenia en Santiago de Cuba.

Su deceso sobrevino a las cinco de la mañana, hora local (11.00 en España) a causa de una insuficiencia renal agravada por desórdenes del metabolismo. Hasta el último momento, según miembros de la familia, mantuvo su picaresco sentido del humor y su optimismo.

Dada su debilitada salud, el músico había cancelado recientemente actuaciones programadas en España, Inglaterra, Italia y Canadá. Su defunción conmovió incluso al mismísimo Fidel Castro, que hizo llegar una corona de flores al velatorio. "A Compay Segundo, del comandante en jefe Fidel Castro", rezaba la cinta.

Compay Segundo pasará a la historia por ser el inventor del armónico (una guitarra de siete cuerdas metálicas, híbrido de la guitarra española y el tres cubano), por ser el patriarca del son cubano y uno de los más destacados intérpretes de la música afrocubana en general.

"Nunca estoy aburrido ni de comer, ni de las mujeres, ni de nada", había dicho al cumplir 95 años de edad, en noviembre pasado. Tampoco, obviamente, lo estaba de su sombrero de gran ala, el constante habano entre los labios y la sonrisa cazurra con que popularizó su imagen.

"En los últimos días --explicó ayer su hijo Salvador-- hablaba de la música, de que le gustaba mucho el arreglo que hizo la orquesta sinfónica sobre la pieza Las flores de la vida. Hablaba de la alegría de vivir. Murió como un hombre feliz".

Cientos de personas, entre familiares, amigos y seguidores, acudieron a despedir al Compay, que reposaba en un ataúd cubierto con la bandera cubana, un ramo de mariposas --la flor nacional de la isla-- y su inseparable sombrero. Junto al féretro están su guitarra, fotografías de actuaciones y una colección de medallas y galardones.

VISITAS A ARAGON

Compay Segundo acudió a la comunidad aragonesa en tres ocasiones durante los últimos años. Fue en 1998 la última vez que el cubano actuó en los escenarios de Aragón. En mayo de ese año, el legendario músico acudió a la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza, donde presentó las canciones de su disco más reciente Lo mejor de la vida . El recinto vio cómo Compay Segundo desgranaba su excelente colección de sones.

En julio del mismo año, el que ha sido considerado como el mito del son acudía al escenario de Pirineos Sur, donde, a sus entonces 91 años, hizo vibrar al público con canciones de Calle Salud , Yo vengo aquí , Saludo Compay o Las flores de la vida . Tras su paso por el festival de Lanuza, Compay Segundo integró con honores el programa de las fiestas del Pilar con una actuación en Interpeñas en la que estuvo acompañado por Pío Leyva, Omara Portuondo, Juan Perro y Martirio, pero sin el Cuarteto Patria que siempre le ha acompañado.

Compay también actuó en EEUU, en Europa y en todo el mundo; colaboró con Santiago Auserón, entre otros, pero sería su participación en Buena Vista Social Club lo que le proporcionó el reconocimiento definitivo. Compay vio reiniciada su carrera a los 90 años para ya nunca más ser olvidada.