En el 271 aniversario de Francisco de Goya, su pueblo natal, Fuendetodos, ha querido rendir homenajear al pintor aragonés, a la vez que destacar la obra de un veterano artista como es el extremeño Eduardo Naranjo, máximo representante del realismo mágico español, con la retrospectiva Eduardo Naranjo. Obra gráfica (1956-2016).

El Consorcio Cultural Goya-Fuendetodos de la Diputación de Zaragoza inauguró ayer esta muestra que se podrá ver en la sala Ignacio Zuloaga hasta el 11 de junio. También se presentó otra serie bautizada como Tauromaquia, en el Museo del Grabado de Goya, exhibida como un diálogo entre Naranjo y el pintor aragonés, por la evidente referencia a la Tauromaquia original, expuesta desde finales del año pasado al completo en este museo de Fuendetodos.

«Es curioso que un país que ha dado grandes pintores, sin embargo haya un gran desconocimiento de lo que es el grabado», comenzó su intervención Naranjo, reivindicando esta disciplina, ya que él mismo se considera «un pintor que hace grabados, porque les he dedicado tanto tiempo como a la pintura».

Al autor le «caló mucho Goya» en sus visitas al Museo del Prado de Madrid, al que considera «un genio que captaba la esencia de las cosas, porque el realismo no es aquello del detalle, es saber captar el alma». Naranjo comenzó en el arte «a los 7 u 8 años, de cuando aún conservo los primeros dibujos», señaló, e indicó que, a sus 72 años, «uno sigue aprendiendo, y moriré aprendiendo, como Goya o como Van Gogh», ya que para él siempre existirá «la búsqueda de esa obra que nunca consigues». Esa evolución se refleja en la muestra, fruto de la «labor de investigación» que ha ido haciendo en su carrera.

lorca, nueva york y toros/ La retrospectiva de la obra gráfica de Naranjo expuesta en la sala Ignacio Zuloaga recoge 51 estampas a lo largo de más de 50 años, en las que se han utilizado técnicas como aguatinta, barniz blando, serigrafía o litografía.

«Los grabados de Poeta en Nueva York (1987-1991) quizás son la obra más imaginativa que he hecho», dijo el autor sobre una de las series de la retrospectiva, en la que también destaca el conjunto Federico en Nueva York (2006), en la que se dibuja la silueta del busto de Lorca en la misma posición en todas las obras, mezclándose con formas surrealistas que evocan a lo onírico, combinado con paisajes de las calles de dicha ciudad estadounidense.

La segunda parte de la exposición de Naranjo, en el Museo del Grabado, presenta 10 estampas «producto de mi fantasía», aunque evidentemente inspirados en la Tauromaquia de Goya, con el que el pintor intenta establecer un diálogo artístico a través de una colección realizada con las técnicas de fotopolímero y punta seca.

A través de diferentes escenas típicas en el toreo, como cogidas, estocadas o el salto de garrocha, Naranjo presenta una obra de colores apagados, similares a los que usó Goya, donde se aprecia un movimiento muy conseguido. Si hay algo que marca una pequeña diferencia con la Tauromaquia original es que el pintor le da «mucho protagonismo al público, mientras que en Goya no se les reconocía». «Es una Tauromaquia muy singular, subjetiva».

Naranjo se siente muy agradecido al ser comparado con Goya, y por exponer en la sala Ignacio Zuloaga, «el honor más grande que he recibido en mi vida».

La inauguración de las muestras estuvo apoyada por la diputada de Cultura de la DPZ, Cristina Palacín, el alcalde de Fuendetodos, Enrique Salueña, y el historiador y experto en arte gráfico Juan Carrete.

Este último, gran difusor de la figura de Goya, realizó un análisis del «paralelismo entre Naranjo y Goya», del que concluye que «los dos creen en la difusión de su obra», por la facilidad con la que pueden hacerse reproducciones de las obras gráficas como el grabado, y ambos querían «hacer populares sus creaciones».