El trostkista británico Neil Faulkner pretende «honrar el centenario de la revolución» describiéndola como «la experiencia viva de una democracia de masas y de un levantamiento popular». Faulkner defiende tres tesis básicas: Lenin era un demócrata, la revolución respondió a un movimiento popular participativo y el estalinismo fue un movimiento contrarrevolucionario, el «más sanguinario de la historia».