Miguel Albero, ganador del XXI Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma, organizado por la diputación de Segovia, visitó el pasado martes la librería Cálamo de Zaragoza para presentar su libro premiado, Sobre todo nada. Glosario de la habitación Dos Tres Tres.

La obra muestra una forma diferente de hacer poesía. Según explicó el autor es un poemario escrito por un heterónimo llamado Roberto Bunín: "Digo heterónimo y no pseudónimo porque pseudónimo es cuando uno se esconde detrás del nombre de otro y, como decía Borges ¿Para qué usar pseudónimos si mi nombre ya lo es?".

El protagonista es un enfermo terminal que transmite la dura experiencia de encontrarse en la habitación de un hospital, junto a la maquinaria "que le mantiene unido a la vida". De ahí que el propio autor lo califique como "un libro bastante duro, en el sentido de que es la descripción notarial y árida de sus circunstancias y de la vida que él lleva", aunque también señala que contiene "elementos vitalistas", como toques de humor o el personaje de una enfermera "que es la referencia a la vida frente a la de él, que se consume".

Por otro lado Albero destaca el sentido unitario de la obra, que "hay que entender como un glosario donde cada uno de los pensamientos o vivencias son un poema". Y asegura que "no es un conjunto de poemas sin más, es la descripción poética de la vida de Bunín".

Para Albero, diplomático de carrera y autor también de la novela Principiantes, del libro de cuentos Cruces o del ensayo Enfermos de libro, ser reconocido con este premio es "especialmente importante" porque lleva el nombre de uno de sus poetas de cabecera, de la Generación de los 50, de la cual algunos de los miembros eran amigos de su padre. "Me decidí a presentarlo porque un amigo me animó, aunque él no tenía mucha fe por las características del concurso, me sorprendió gratamente", añade.

Respecto al momento de lectura del libro, el autor recomienda leerlo en soledad, pero no lo aconseja "en momentos carenciales, es decir, en momentos de depresión o domingos lluviosos de invierno", bromea.

Las anteriores obras del escritor se caracterizaban por su humor y confiesa que este libro le costó mucho trabajo a la hora de realizarlo, porque "es muy distinto a lo que había escrito hasta ahora, siempre desde el humor y la ironía", y en este caso podría tener toques de humor sin h o negro". Por este motivo reconoce que "lo que más me ha costado ha sido crear un personaje a través del cual contar estos sentimientos tan duros, pero que a su vez se despojasen de cualquier tono lírico".

Finalmente albero declara que "no me considero un poeta y no sé si volveré a escribir poesía". Así, adelantó que ya se encuentra redactando un ensayo sobre el fracaso: Instrucciones para fracasar mejor.