Un thriller histórico que revela, no solo de la trama del robo de un cuadro, sino también las prácticas de algunos diplomáticos españoles, como el aragonés Ángel Sanz-Briz, que consiguieron proteger a miles de judíos de los nazis. La escritora y periodista Isabel San Sebastián se estrena en el género policiaco con Lo último que verán tus ojos.

-La novela trata el tema de las relaciones entre la España franquista y la Alemania nazi, pero ¿cuál es el punto de partida de la trama?

-La historia arranca con la aparición de un cuadro de El Greco a subasta en Nueva York. Carolina Valdés, experta en arte, recibe la visita de Philip, un taxista de Brooklyn, quien le dice que el cuadro pertenece a su familia. A partir de ahí arranca un thriller histórico, una búsqueda del propietario de este cuadro, destinada a demostrar que éste procede del expolio de los nazis. Empieza la investigación de una historia familiar en la que España y concretamente un diplomático español, aragonés, Ángel Sanz-Briz, tiene una participación decisiva.

-¿Cómo es la relación entre dos personajes tan distintos en la novela?

-Son dos personajes completamente opuestos, ella es una mujer de 50 años con mucho dinero y posición social, y él es un taxista de origen judío que no tiene un duro, un poco más joven y muy hosco. La relación que se establece entre ellos desde el minuto uno es atracción-rechazo, y sin embargo colaboran.

-¿Qué periodo histórico transita exactamente?

-La trama en sí es un thriller, es muy rápida, una trama policíaca que se desarrolla en tres semanas. No es fácil tejer una trama de un thriller que atrape al lector desde la primera página, pero sí es más fácil el lenguaje, te brinda más recursos periodísticos. Como digo mi novela es la historia de una familia imaginaria que habría sido salvada por Ángel Sanz Briz, y lo imaginario es la familia, pero la actuación de Briz fue muy real. De él y de otros muchos diplomáticos que aparecen citados en la novela con nombres y apellidos, cuya gesta fue auténtica

. -¿Fueron represaliados por el ré- gimen franquista?

-Represaliados no, pero tampoco recompensados, por España ni ningún otro país. A algunos se les reconoció de forma póstuma.

-¿Ve alguna relación con el olvido y la persecución de los republicanos? En España nunca se ha homenajeado a La Nueve, por ejemplo.

-Es que España es muy olvidadiza con su historia. En esta novela hablo también de la parte fea de la historia, de la ayuda que Franco dio a muchos nazis después de la guerra, pero tampoco de eso se ha hablado. Somos una nación muy ignorante y muy desinteresada de nuestra deriva y nuestra propia historia. Y es verdad que a estos héroes tampoco se les reconoció, por sectarismo político y por ignorancia.

-¿Cómo salvaron a tantos judíos?

-Con un decreto de Primo de Rivera de 1924, que permitía devolver la nacionalidad española a cualquier judío que pudiese demostrar su origen sefardí, que tenga alguna vinculación con los expulsados en el año 1492. La mayoría no eran sefardíes pero fue la herramienta jurídica que usaron.

-¿Se siente a gusto en el ‘thriller’?

-Es más entretenido tejer una historia de intriga que una puramente histórica, te brinda más recursos, incluso periodísticos, de crónica de sucesos, que la mera novela histórica o la novela más intimista como era la anterior, La Mujer del diplomático.