Es la reina del noir, una actriz que seduce por ser diferente. De joven ya demostró su afición por el lado oscuro y perverso de la vida. Con 23 años debutó en el cine, rebosando inocente seducción, en el drama erótico Soñadores. Tres años más tarde dio el salto a la fama al lado de James Bond, dando vida a la atormentada femme fatale de Casino Royale. En la serie de televisión Camelot interpretó a la diabólica Morgana. Tim Burton vio en ella el perfecto vehículo para encarnar a Angelique, el amor del vampiro Barnabas en Sombras tenebrosas. Noam Murro la puso a liderar la flota de los persas en la continuación de 300. Y de las guerras médicas pasó a habitar las oscuras calles y almas del Dublín decimonónico en la serie Penny Dreadful. «No soy muy dada a interpretar papeles normales», se ríe la actriz francesa. Una razón de peso para ser la perfecta Miss Peregrine.

-¿Conocía la obra de Ramson Riggs antes de que le ofrecieran este papel?

-No. La leí cuando Tim Burton me la mandó, antes de que me enviara el guion. Es una obra impresionante, bastante victoriana, con extrañas fotos muy austeras. Diría que es muy burtoniana. Tim es muy similar a estos niños, es lógico que sea él quien la adapte al cine. Es una historia perfecta para él.

-A pesar del look, se trata de una fantasía muy moderna que habla de la aceptación de la diversidad en las personas. ¿Cree que es relevante en estos momentos que vivimos?

-Sí, totalmente. Es un cuento de hadas muy moderno y muy del estilo de Tim Burton porque se traslada a sus primeros trabajos, donde ya convertía a personajes peculiares y extraños en verdaderos héroes, como Eduardo Manostijeras. Tim les transmite una inmensa luz y les hace ser bellísimos a pesar de que el mundo que les rodea no los vea de esa manera. Celebra tu individualidad, la esencia de tu persona, eso que te hace ser especial, único y diferente de los demás. Un mensaje muy hermoso para estos tiempos que corren.

-Miss Peregrine es una mujer misteriosa, inteligente y muy dura. ¿Encaja usted en esa descripción?

-Quién sabe, trato de serlo, otra cosa es que lo consiga. Para mí es un personaje muy atractivo, una especie de extraña y loca Mary Poppins. Es algo nuevo dar vida a esta especie de figura maternal, un poco terrorífica, que tiene la oportunidad de cuidar de todos estos extraños y a la vez bellísimos niños.

-¿Se siente peculiar en el mundo que la rodea?

-Siempre me sentí un poco peculiar, supongo que como todo el mundo en un momento dado de nuestras vidas. Es cierto que de pequeña era una niña muy tímida, me costaba socializar, no me gustaba ir a las fiestas de cumpleaños ni ese tipo de cosas que hacen los niños. Hay gente que piensa que soy un poco rarita, pero yo no me veo así. Considero que todos los actores somos un poco raros, por eso nos dedicamos a esta profesión.

-¿Por eso congenia con Burton?

-Supongo que sí. Tim es una persona muy sensible y lírica. Desde que trabajé con él en Sombras tenebrosas se ha convertido en uno de mis héroes. Es un maestro, un artista en todo el sentido de la palabra, un ser único. Siempre soñé con poder trabajar con él y haberlo hecho dos veces supone todo un triunfo para mí.

-Hablando de maestros, está a punto de comenzar un rodaje con Polanski, ¿Qué nos puede contar?

-La película está basada en un libro titulado Basada en hechos reales, de Delphine de Vigan. Es la historia de una escritora que tiene dificultad a la hora de terminar su libro porque sufre el acoso de un obsesivo fan. Se trata de un thriller intenso.