Si coges los dados de Tako, los agitas y los lanzas sobre la mesa, siempre sale lo mismo. "Da igual como los tires porque al final son los de siempre los que manejan el cotarro, los bancos, la religión, las armas... que son los que aparecen en la cara de esos dados que protagonizan la portada de Las campanas de la vergüenza, que no dejan de sonar". Directo y sincero, como siempre, el vocalista y compositor de Tako, Mariano Gil, no se muerde la lengua a la hora de hablar del nuevo trabajo discográfico de la banda ejeana que estrenan esta tarde en la Fnac de Zaragoza en un concierto con entrada exclusiva para los compradores del disco.

No se corta un pelo porque Las campanas de la vergüenza es el disco con más carga social. "Escribes sobre lo que vives, y lo que he pretendido sobre todo es remover conciencias, porque mientras ves a los banqueros con jubilaciones blindadas de no sé cuántos millones de euros, están poniéndolo más difícil a la población normal. Y la gente está muy quieta, aunque ahora parece que se está moviendo".

Para expresar esta rabia y esta actitud, los ejeanos han apostado por volver a un sonido más garaje, "para que la gente sienta como tocamos en el local y en los directos", se explaya Gil, que lo ilustra con un ejemplo gráfico: "Por ejemplo, a veces el batería le da muy fuerte a los platos y eso en los discos no quedaba grabado porque se comprimía todo y se buscaba la perfección". En Las campanas de la vergüenza todo suena más fresco y más contundente: "De hecho, lo hemos grabado a base de tomas, algo que nunca habíamos hecho, ahora hemos tocado todos a la vez en cada canción y la sensación que se da es mucho más natural", señala el vocalista de la banda.

SINCERIDAD SIN ARTIFICIOS Quizá, la frescura, sea una tendencia natural de la propia banda ya que su fuerte siempre han sido los conciertos (el propio Mariano Gil reconoce que graban discos "porque hay que grabarlos") y el sonido de este trabajo se acerca más a ese momento: "A la gente le gustan los cedés que sean sinceros y sin artificios".

Como el propio grupo que, pasan los años, pero siguen fieles a su lugar de origen, Ejea de los Caballeros: "Vivimos bien donde estamos, no entendemos que haya que ir a ninguna otra ciudad. Tal y como están los tiempos puedes ir a donde quieras y volver. Ahora nos vamos a recorrer España en una semana y luego volvemos a nuestra casa. Somos de Ejea, de Aragón, de Zaragoza y eso lo llevamos por bandera", asegura con orgullo el vocalista de una de las bandas roqueras más longevas de España nacida en el año 1985, aunque Mariano Gil no quiere ni hablar de echar la vista atrás: "Seguimos componiendo, haciendo cosas y cada vez nos gusta más. Nunca hemos pretendido hacer más que lo que nos gusta, rock and roll".

Y eso, a pesar de que eso les ha condenado a estar alejados de los grandes medios: "En las radios se pasa de la canción ligera de toda la vida al rollo del sur andaluz y todo lo demás se queda fuera. En este país es muy fácil estar en el underground", asegura con un punto de ironía antes de concluir con un mensaje claro: "Tenemos que hacer las canciones que nos salen del corazón".