Primero fue El pisito, luego llegó El cochecito y Los muertos no se tocan, nene debía cerrar la trilogía de Rafael Azcona, pero nunca se llegó a rodar... hasta el año pasado. De la mano de José Luis García Sánchez y con guión de David Trueba y Bernardo Sánchez, resucitaron la novela de Azcona y el próximo 23 de diciembre llegará a las salas, aunque ayer se proyectó en el Centro de Historias, dentro del Festival de Cine de Zaragoza. "No hace falta justificar un homenaje a Azcona. Algunos creen en la Inmaculada y yo creo en Azcona, es el mejor escritor de la segunda mitad del siglo XX, era mi amigo y es la persona más importante del cine español en el siglo XX". García Sánchez justificaba así el porqué de este proyecto, ayer, en Zaragoza. Junto a él, acudieron a presentar el filme los actores Carlos Iglesias, Mariola Fuentes y Tina Sainz, así como el productor Juan Gona.

La película cuenta la grotesca organización del velatorio del abuelo del adolescente Fabianito en el Logroño de 1959 creando una hilarante sucesión de escenas que retrotraen al espectador a los años 50. "En ese sentido, ha habido que hacer un esfuerzo especial porque, cuando ellos, por ejemplo en Plácido, sacaban la cámara a la calle, el mundo ya era así, como se ve en la película. Nosotros, sin embargo, hemos tenido que interpretarlo, que recrear ese mundo que tenía esa gracia que tanto nos gusta", explicó Carlos Iglesias, antes de que García Sánchez alabara el trabajo de los actores del filme: "Lo que se ve en la película se parece mucho a cómo se vivía entonces, el comportamiento, el desgarro del señor hablando con la portera... y eso lo han conseguido con su trabajo. En esta película, todas las mujeres son víctimas de una situación espantosa y lo reflejan de puta madre, sin caer en el victimismo", explicó el director, que contó que cree que la película tiene un fallo: "La gente fumaba en aquella época y aquí tuve un problema filosófico, si hacerles fumar (que mejoraría incluso la fotografía) o no... aunque me alegro mucho de hacer que no fumen, me parece que es un prodigio, como por ejemplo que no escupan porque antes se hacía en todos los sitios, incluso en los entierros..."

"HACEMOS ARQUEOLOGÍA" Y es que, el director, explicó que lo que se ha querido hacer con Los muertos no se tocan, nene es "arqueología. Hoy en día no hay criadas, y mucho menos que duerman en casa. Ella (por Tina Sainz) ha hecho un gran trabajo de sainete para que se vea ese personaje como arqueología... Ojalá esta crisis no profundice y nos veamos abocado otra vez a este mundo que reflejamos". Algo en lo que también ahondó la aludida: "Las clases pudientes contrataban pobres a las hermanitas de la caridad para que fueran a los entierros. Como esto siga así, habrá mucha gente que por 5 euros vaya a hacer bulto a los entierros..."

Otra de las características de Los muertos no se tocan, nene es que García Sánchez la ha rodado siguiendo los criterios de planificación que hacían Azcona y Ferreri: se ha rodado en blanco y negro y el sonido ha sido doblado a posteriores por los propios actores, entre otras cosas. "Es una película muy valiente. Por ejemplo, un amigo de mi hijo dice que cuando ve una película en blanco y negro cree que se ha estropeado el televisor y, además, nos hemos doblado a nosotros mismos, que para los actores de los 50 era lo habitual, pero para más nosotros es más complicado...". Tina Saiz reafirmó esa impresión: "La vida entonces, lo sé porque era niña entonces, era de un color gris marengo, así que es un acierto el blanco y negro", concluyó la actriz.