¡Cómo ha cambiado el cuento! De centenares de personas afilando los codos en la puerta de El Corte Inglés para ser las primeras en comprar algo de rebajas a siete concursantes de Operación Triunfo disfrutando de media planta para ellos solitos durante una hora para llevarse lo que quisieran. El sueño húmedo de todo consumista, hecho realidad. Sucedió la noche del miércoles en el centro comercial de la plaza de Cataluña.

Podría pensarse que la histeria se apoderaría de ellos al saber que serían como Michael Jackson cuando le cerraban las tiendas y él señalaba «esto, esto, esto y esto». Pero los triunfitos se comportaron con el mismo temple con el que salen al escenario cada lunes. Son chicos sanos, normales. Así que no dieron el cante con escenas casposas como las que a veces se veían en aquellas épocas de codazos y zancadillas en pos de la misma pieza rebajada.

Llegaron Alfred, Amaia, Agoney, Roi, Miriam, Aitana y Ana Guerra de la Academia sin saber que iban a poder comprar lo que quisieran en la Planta Joven. Les esperaban 12 dependientes y dos personal shoppers. Al conocer la sorpresa dieron saltos de alegría y algún grito. Poco más. Parecen tener la cabeza en su sitio.

Aun así, depararon momentos divertidos. Alfred pidió unos zapatos y cuando le preguntaron por la talla, soltó: «Me adapto». A Aitana se le iluminó la cara cuando, buscando unos jerseis, se dio cuenta de que sonaba su voz en el hilo musical. A Agoney le pasó lo mismo mientras esperaba a probarse unas deportivas; hizo un dúo consigo mismo.

Fue una excursión balsámica. Alfred pareció haber superado el ataque de ansiedad que sufrió en la última gala. Aitana, que andaba algo deprimida por la expulsión de Cepeda, sonrió más. Y nadie diría que Agoney estaba preocupado por los dos derrames en las cuerdas vocales que padeció.

Por cierto, ¿quién triunfó en esta operación Rebajas? Si fuera por el número de bolsas que se llevaron, Miriam. Cinco llenó en tres cuartos de hora. ¡Y le sobraron 15 minutos!