Publicada en 1995, la obra de Figes, subtitulada La tragedia de un pueblo, se ha convertido en un clásico. Figes sitúa el inicio de la crisis revolucionaria en la hambruna de 1891 y finaliza con la muerte de Lenin. Planteada tanto como una historia cultural como relato de un «conjunto complejo de diferentes revoluciones», considera que el «fracaso democrático de Rusia» no era inevitable pero estaba enraizado en la historia rusa.