Cuadros que son un derroche de técnica y que plasman la realidad tal cual se nos aparece. Imágenes que parecen fotografías tomadas con las mejores cámaras pero detrás de las cuales se esconde el pincel de su autor. Esa es la magia del arte realista e hiperrealista, un encanto que ahora ocupa la cuarta planta del museo zaragozano Pablo Serrano gracias al concurso ModPortait. Este certamen de retratos, que cumple ahora su quinta edición, está organizado por la galería Arte Libre, una pinacoteca aragonesa sin sede física y que vuelca todo su contenido en la web. «Somos como el Netflix de las galerías», explica José Enrique González, su director y comisario de la exposición.

En total, son 55 las obras seleccionadas para ser expuestas en esta sala del Pablo Serrano, una estancia que por segundo año consecutivo acoge esta muestra. Nacho Escuín, director general de Cultura del Gobierno de Aragón, que estuvo ayer presente en la inauguración, comentó que este año las pinturas seleccionadas «tienen la misma o mayor calidad que el año pasado, que fue un éxito». «Esta exposición supone todo un derroche de técnica y capacidad de plasmar la realidad», añadió el director general.

rostros con mucha vida/ La cara seria de un niño que muestra su torso y que porta una llave en su mano derecha es la protagonista de la pintura ganadora de esta edición del concurso. Los colores fríos y cálidos del fondo contrastan entre sí creando una disyuntiva: la luz o la oscuridad, la vida o la muerte. Su autor es el irlandés Conor Walton, el nombre de su obra The key y lo que significa traspasa los trazos y obliga a encogerse. El niño que aparece representado es su hijo hace seis años, Daniel, cuando estaba siendo sometido a un tratamiento contra la leucemia, una enfermedad que pudo acabar con su vida pero de la que se consiguió librar. En el marco de la pintura, una cerradura simboliza el camino que el pequeño abrió después de escapar del dolor. Daniel y su padre estarán en Zaragoza este domingo, cuando se entreguen los premios del ModPortrait a las 12.00 en el mismo Pablo Serrano.

Esta exposición es el resultado de una selección de trabajos del total de los que se presentaron al concurso, al que llegaron obras procedentes de 40 países diferentes. El ganador, en este caso Walton, se hace con una recompensa de 6.000 euros, aunque según González, «el premio es estar en la sala, porque eso ya solo da mucho prestigio». «Los autores se pelean por poder exponer aquí», comentó también.

González también quiso recordar ayer que, no hace mucho tiempo atrás, «el arte figurativo estuvo denostado, a pesar del éxito del realismo entre el público». «Este estilo es muy popular, porque, digámoslo así, la gente lo entiende, lo que no quiere decir que sea mejor o peor que otros estilos», dijo el comisario.

La exposición estará en Zaragoza hasta el 17 de junio para entonces viajar hasta Barcelona, donde se expondrá en el Museo Europeo de Arte Moderno hasta el 29 de julio. «Que la muestra se presente primero en Zaragoza y que la entrega de premios sea aquí es una de mis obsesiones. Estamos hartos de ir a Madrid o Barcelona, hay que reivindicar lo nuestro», concluyó González.