El proyecto Europa solar comenzó a gestarse en el 2011 cuando no existía el Brexit, recordó Paco Algaba. Sin embargo, «la mezquindad nos ha llevado donde estamos, donde solo se habla del contrario y del enemigo». Sin embargo, el artista madrileño residente en Zaragoza busca a través de su obra interrogar, «levantar la cabeza y pensar», reflexionar sobre el devenir y la descomposición del continente europeo como referente de la defensa de los derechos civiles. Y todo esto pese a que su obra, que ayer se inauguró en el IAACC Pablo Serrano, mira al suelo, enfrenta al espectador a la realidad de la tierra y el paisaje.

La pieza nuclear es Europa solar, compuesta por 28 monitores situados en el suelo y un «horizonte posible pero también imposible» que proyectan suelos y paisajes de inercia post-histórica de las diferentes tierras de toda Europa; y que están dispuestos en una superficie solar. Hay suelos industriales, suelos públicos, privados, suelos de frontera... combinados en una suerte de jerarquía que tiene que ver con el poder. En otro lado de la sala tres proyecciones en la pared también de paisajes y suelos y acompañado todo por sonidos ambiente de lluvia, viento, pájaros, registrados al mismo tiempo que las imágenes.

Esta Europa solar ya puedo verse en 2015 en el Musac (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León), pero aquí se complementa con otras obras. Alemania 14, que muestra un paisaje y que recuerda el centenario de 1914. Está «rodada en la Alemania heredada de la industrialización». Una tercera estancia muestra, según Algaba el «trabajo de campo», en el que a través de doce táblets, el artista pregunta a los dueños de los suelos (polacos, alemanes, finlandeses, eslovacos, etc) y ellos responden (está sin traducir) de quién fue el suelo, cómo lo consiguieron, qué hace con él y que harán en el futuro». Para cerrar, una pieza creada en España, Paisaje emblemáticos, paisajes elementales, un proyecto de Volksgeist, en el que está trabajando ahora.

Junto al artista madrileño, estuvieron en la presentación Julio Ramón, director del Pablo Serrano; Nacho Escuín, director general de Cultura del Gobierno de Aragón; Saúl Esclarín, su homólogo en al Ayuntamiento de Zaragoza; y Manuel Olveira, director del Musac. coproductores de la obra. Olveira señaló que esta es una exposición en la que «parece que no pasa nada, pero es muy dense, porque tiene que ver con el suelo, con lo que tenemos bajo los pies, lo primario y al mismo tiempo lo más importante.

Escuín, por su parte, dijo sentirse orgulloso porque el Pablo Serrano se convierta en un «espacio de referencia» al que los presupuestos incluyen dotación económica para «producción de exposiciones». Esclarín hizo hincapié en que la obra «araña los adentros» porque nos pregunta «qué somos, que hacemos y qué Europa queremos».