Tres horas después del paseíllo y, cómo no, ya en la penumbra, Padilla, Abellán y El Fandi eran izados en volandas para hacerles el honor de abandonar el coso oscense por la puerta grande.

Sin duda lo foto tendrá su valor documental al ser la última tarde del jerezano en Huesca. Por lo demás, constituye la constatación de una engañifa de mayúsculas proporciones inducida por un tendido de sol empoderado como juez y cuyos cánticos, broncas u ovaciones son el termómetro de una plaza a la deriva.

A ese gobierno de timón han renunciado descaradamente los presidentes (acaso se salva el rigor, por momentos excesivo, de Víctor Ferro) otorgando premios que en puridad no hubiesen merecido ni la vuelta al ruedo.

Bien es verdad que Carolina Chaves protocolarizó el domingo, muy entrada la madrugada, el precinto de ¡los seis juegos de astas! de la corrida de Vellosino que lidiaron Ponce y El Juli. Bien.

Los muy exigentes oscenses años atrás han asistido este año, sin rechistar, a una feria sin Manzanares, Morante, Talavante, Perera, Roca Rey... y no ha pasado nada. Es más, han acudido quizá en mayor número a la taquilla.

PADILLA, QUÉDATE // La canción del verano en los cosos españoles también se hizo himno en Huesca. Una solanera entregada al icono más que al torero, al hombre más que al lidiador, puso en manos del Ciclón de Jerez tres trofeos como podían haberle regalado las escrituras del coso o las llaves de la ciudad. Lo de Padilla fue automatismo rutinario que ya solo centra la atención cuando emergen los efectismos de relleno. En lo fundamental resultó corriente tirando a mediocre.

En ese lote va El Fandi, de vacío en su primero. Comenzó la lidia del sexto de rodillas, de rodillas también la faena de muleta para desgargar un destajo superficial y en cantidad. Aunque muchos pases no significa hacer una faena ¿cómo iban a dejarlo en tierra? Y le dieron otras dos orejas.

Al tostón se sumó Miguel Abellán como triunfador de la feria del año pasado. Era la primera tarde en que se vestía de luces esta temporada. Como el año pasado. Más ortodoxo sí pero contagiado del ambiente se vulgarizó tanto que pasó desapercibido. Aún así, entró en el bombo.

¿Qué fue de Huesca?