Para saber hay que imaginar, generar imágenes que, como su propia definición dice, hay que imaginar». Pepo Pérez, de la Universidad de Málaga, abordó cómo representar algo sin apelar a las imágenes reales en su conferencia Viñetas para la exhibición de atrocidades: memorias del horror, que pronunció en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras dentro del Congreso Internacional de Estudios Interdisciplinares sobre Cómic, que se celebra hasta hoy en Zaragoza.

Con la reflexión ¿cómo abrir los ojos si la gente no quiere verlo?, arrancó su ponencia Pepo Pérez en la que repasó los tres puntos que hay que abordar a la hora de representar una tragedia: «el modo de representación, el tiempo y el contexto social». Maus, el cómic de Art Spiegelman, lo citó como un ejemplo de la primera ya que su autor tardó en encontrar la manera de poder contar el holocausto: «Encontró la manera en 1972 con un dibujo conceptual con gran simbolismo basado en la propia propaganda nazi. En él, se incitaba al lector a imaginar una realidad mayor». Pérez también aludió a Master Race «en el que se evoca al verdugo en un país occidental pero que destaca porque pone imagen al horror y a la complicidad que tuvo la gente corriente».

Ese punto precisamente entronca con el segundo aspecto, el del tiempo. «Muchas veces es demasiado pronto para mostrar los horrores y la magnitud. Algo que les pasaba a los judíos tras el holocausto porque es díficil asumirlo y narrarlo de forma coherente», señaló Pérez. Es por eso, indicó el experto, la causa del retraso de las manifestaciones culturales sobre las tragedias. «El holocausto fue tabú hasta los años 70 antes de que se instaurara la Era del testimonio ya en los 80. Para que se hable sobre un trauma colectivo es necesario que se den tres cosas, seguridad absoluta, testimonio que crea la gente y reintegración en la sociedad».

CONTEXTO SOCIAL / El tercer aspecto que abordó Pepo Pérez es el contexto social. «Las imágenes no hacen mella en el lector sino existe el contexto adecuado, si no hay sensibilidad, medios que se preocupen o interés en el tema. Por las bombas de Hiroshima tuvieron que pasar 35 años para el contexto adecuado».

En definitiva, y a modo de conclusión, el crítico y dibujante señaló que «ver es creer como ya hizo Desert Fox en 1951... Para conocer hay que imaginar, la comprensión es activa pero para activar esa imaginación lo simbólico parece vital», indicó Pepo Pérez que también tuvo tiempo para hablar sobre La lista de Schindler, la premiada película de Steven Spielberg. «En contra del criterio de los productores, él eligió el blanco y negro porque representaba la crudeza del momento y contextualizaba el filme con la tradición existente en el lugar de los hechos pero quizá lo más importantes es porque era el color adecuado para el holocausto, al que se había acercado sólo a través de imágenes de archivo y otros testimonios».

El congreso se clausurará hoy con multitud de ponencias y con la conferencia plenaria final de José María Conget en la biblioteca María Moliner que llevará por título El camino de Krazy Kat hacia el viejo Possum.