En 1129, Alfonso I el Batallador, rey de Aragón que había reconquistado Zaragoza, le concedió, mediante un privilegio real, fueros a los habitantes de la ciudad «para fomentar su repoblación» y encargó a 20 «hombres buenos la observancia de los mismos». El documento (para ser más exactos, un pseudo-original, copia de tiempos de Ramón Berenguer IV, en pergamino) que recoge este privilegio real fue uno de los que los visitantes pudieron contemplar ayer en la jornada de puertas abiertas del Archivo Municipal de Zaragoza, con sede en el Palacio de Montemuzo, por el Día Internacional de los Archivos.
Ocho documentos del siglo XII, «algunos de los tesoros que guarda la institución», cuando el reino de Aragón estaba en plena ampliación ocuparon la vitrina central de la sala de consulta para que los visitantes pudieran contemplar los documentos, escritos en latín, mediante los que los sucesivos monarcas fueron concediéndole privilegios reales a la ciudad de Zaragoza, Fue un siglo de mucho movimiento y si en 1129, Alfonso I ya quería fomentar la repoblación, no menos intencional era el que firmó el príncipe de Aragón, Ramón Berenguer IV, en 1138, mediante el que «hace poblar la tierra yerma y concede a cada caballero dos yeguadas de tierra y una a cada infante». El documento, que lleva las necesarias confirmaciones de Alfonso II y Pedro II, también sanciona que se devuelvan las tierras y casas «a cuantos hubieran abandonado la ciudad y vuelvan a ellas antes de la fiesta de San Andrés (que se celebra el 30 de noviembre)».
Letra carolina aragonesa
Algunos de estos tesoros que ayer mostró al gran público el Archivo Municipal de Zaragoza estaban escritos en letra carolina aragonesa. Y precisamente, en la sala contigua a la de consultas, se celebró un taller de caligrafía medieval de la época de Alfonso I a cargo de Ricardo Vicente Placed, en el que los participantes se esmeraban tomando como ejemplo copias de los documentos de la época en conseguir la misma letra. La concentración parece ser la clave ya que el silencio fue la tónica de este taller que no fue el único de la jornada. Luis Torres, de la Unidad de Reproducción de Documentos del Archivo Municipal, hizo una demostración de cómo se digitalizan en alta resolución los grandes documentos lo que permite, además, de su consulta, su correcta conservación.
El Archivo Municipal de Zaragoza custodia más de 70.000 cajas de documentación en papel así como fondos cartográficos, fotográficos y libros producidos en su gran mayoría por el gobierno municipal. Eran todavía las 13 horas y en la sala de consulta, dos mujeres se quedabann paradas enfrente de uno de los documentos tratando de descifrarlo. En octubre de 1196, Pedro II, emite en Huesca un privilegio real mediante el que confirma «la exención de impuestos, concedida por por reyes anteriores para sus mercancías, en Aitona, Tortosa y Lérida».
En la actualidad, los técnicos del Archivo están documentando otra colección recientemente legada, la de Calvo Pedrós, que fue fotógrafo oficial del Real Zaragoza y que atesora no solo las instantáneas del club insignia de la capital aragonesa, sino también de equipos de barrio, empresas, colegios o pueblos. En la web del archivo, además, está disponible la exposición virtual conmemorativa de la Expo 2008, La Expo desaparecida.