Midnighter y Apollo es la primera pareja de superhéroes gays del cómic mainstream con su propia serie y acaba de publicarse en España. Su dibujante es el zaragozano Fernando Blanco que ha estado en el Salón del Cómic firmando ejemplares en el estand de Milcomics.com.

-Si por algo destaca la serie Midnighter & Apollo es por la normalidad con mayúsculas.

-Esa era la intención de la serie, tratar el tema con absoluta normalidad, es más, no tratarlo, representar la vida de dos personas normales que se quieren. Lo increíble en esta historia son las cosas que les pasan, son dos superhéroes que uno de ellos muere, va al infierno y su pareja va a rescatarlo. Es el mito de Eurídice y Orfeo visto a través del universo superheroico. Y todo lo demás no hay por qué discutirlo ni argumentarlo ni siquiera justificarlo.

-¿Cómo surge este proyecto?

-El proyecto viene derivado de la serie anterior centrada en el personaje de Midnighter y en el que la relación con Apollo estaba en un segundo plano y de hecho se habían dado un tiempo y terminaba esa serie con que volvían. Esto ya daba pie para el comienzo de la miniserie centrada ya en la relación de los dos. Es una secuela de la serie anterior pero se puede leer de forma independiente.

-Y supongo que trabajar con Steve Orlando (el guionista) siempre es un placer...

-No habíamos trabajado juntos nunca pero he estado muy a gusto, ha habido una muy buena química a nivel narrativo y sobre las cosas que quería contar, en todos los guiños, hacia dónde quería enfocar la narrativa y de las cosas que iba yo metiendo a modo referencial en la historia. Queda todo muy conjuntado.

-¿Qué hay de Fernando Blanco en esta serie? Porque parece que siempre se piensa que el dibujante pone la imagen gráfica y poco más…

-Es mucho más complejo en el sentido de que realmente es un trabajo en equipo. Tu trabajo no es ilustrar solo una determinada imagen sino hacer que esa historia funcione, que esas emociones se transmitan y para ello hay que dar un determinado ritmo narrativo y secuenciar las escenas de determinada manera para que funcionen y esa mirada es personal, Aunque la gente tiende a distinguir la historia del dibujo tú estás contando la historia por lo que al final esa mirada afecta y es un trabajo de equipo.

-¿Uno se arrepiente a veces de lo que dibuja por los plazos de entrega me refiero? Supongo que forma parte de la esencia del cómic americano.

-En cierto modo sí pero son las reglas del juego y te adaptas. No se trata de que todo esté dibujado perfecto sino de que sea efectivo narrativamente de manera que el lector no se sienta inclinado a pararse a mirar cómo está hecho el dibujo.

-Otro tema fundamental es el tratamiento de la violencia en esta serie que en ningún caso es gratuita, siempre está al servicio de la acción.

-Es una saga de acción, la acción es el motor de la historia para que avance. Yo trato la violencia de manera que intento que no sea demasiado estética y espectacular porque creo que eso termina por banalizarla. Quiero que los golpes duelan, que sean desagradables, que impacten al lector.

-¿Qué supone para un dibujante citas como este Salón?

-Poder encontrarte con el público y también con compañeros de profesión. Es la gasolina que te vuelve a cargar pilas.