Rafael Fuster inauguró ayer en la galería Antonia Puyó su nueva exposición Maniera Antica, una muestra en la que el artista rompe el ilusionismo de su obra anterior. En ella, Fuster da una vuelta de tuerca tanto a su trabajo con el residuo como a la reflexión acerca de la representación, presentando objetos encontrados por el artista que nos hablan de los desechos de un mundo que deja constantemente pilas de escombros, una especie de vanitas de la sociedad de consumo. Estos objetos sirven asimismo de materia prima para nuevas obras.