El lector avezado sabe que hay libros que se resisten a dejarse poner etiqueta alguna, pero que acaban encontrando su hueco en las estanterías y bibliotecas por su originalidad y calidad.

Sería, es, el caso de El libro de Jonás (Espasa) de Ramón Pernas.

Un autor del que les he hablado en otras ocasiones, a propósito de algunos de sus anteriores libros, siempre con admiración porque cada uno o dos años me invita a leer algo realmente bueno y distinto. Mañana regresa a Zaragoza, al Teatro Principal, donde nos hará disfrutar con su palabra.

El libro de Jonás cuenta una historia escrita como las mareas o las olas del mar. En sus páginas, bellas frases se mueven a impulsos de la memoria, del amor y de la capacidad narrativa del autor en un océano de sentimientos y pasiones. Hay, como en toda singladura, turbulencias, muertes, dolor, pero cíclicamente todo vuelve a remansarse y los personajes recuperan la paz, la serenidad y lucidez. El libro de Jonás fluye como un agua clara, refrescando nuestro gusto lector con un paisaje variado y ameno de palabras rescatadas desde un mágica nostalgia.

La memoria de Ramón Pernas, como la de Marcel Proust, torna la mirada al pasado para, desde sus playas y éxtasis, tormentas y naufragios convocar el fuego artístico, vertebrar experiencias, episodios, anécdotas, el rico material de lo vivido pero no contado. No llegó en el caso de Pernas la inspiración con una proustiana magdalena, sino que fue una caja de galletas inglesas con aroma a infancia perdida en Galicia la que desató la escritura, abriéndonos el universo mágico de Vilaponte.

Una población marinera donde los niños y adolescentes disfrutaban de extraordinarios tipos, un sastre ciego, un librero capaz de transformar sus estantes en una aventura por los siete mares y cinco continentes, o esas tiernas muchachas en flor de ojos transparentes que caminaban por sus calles atisbando el filo de un beso, la felicidad en brazos de un marino o de un poeta.

Novela evocadora, también variada y fluida, llena de gracia y encanto, viva, actual y, al mismo tiempo, clásica, tanto como los temas sobre los que nos habla con una sencilla elegancia, escribiéndose sobre ondas marinas un día tranquilo en la vieja, misteriosa, amada Galicia de Ramón Pernas.