Enrique Vila-Matas, uno de los autores de novela en castellano más importantes actualmente, con numerosos premios y sus obras traducidas a más de treinta idiomas, ha publicado recientemente nuevo libro. Mac y su contratiemo es una novela que habla sobre el proceso creativo en literatura, con el punto de partida en un escritor novel de un barrio barcelonés imaginario que el autor llama El Coyote, que quiere copiar la novela de su vecino. A partir de ahí Vila-Matas juega en el libro con distintos géneros aparte de la novela, centrándose en el aprendizaje del protagonista. El autor estuvo ayer en Zaragoza presentando la novela en la librería Los portadores de sueños.

-¿Es una novela que parodia el proceso creativo, o que lo hace más cercano a los lectores? ¿Ahí es donde se ve el humor de Vila-Matas?

-Hay una instancia irónica, no tanto una parodia. El tema, que es un hombre que quiere copiar la novela de su vecino, que es escritor, en secreto ya tiene un tono de extravagancia y de humor, de alguna manera. Mac es un tipo encantador pero sabe mucho menos que el autor.

-El protagonista, Mac, ¿es un alter ego de usted, o se identifica de alguna forma?

-No me he identificado nunca con él, ni siquiera con el autor. Nunca hago autoficción, ni siquiera en el libro de Kassel no invita a la lógica, porque lo que cuento ahí está inventado, no fue lo que pasó realmente , nunca me identifico con ninguno de ellos porque si no ya sería yo el que fuera diferente.

-Aún así, Mac también es autor.

-Es una persona que ha leído mucho a lo largo de su vida, aunque no se ha dedicado a escribir, y pone su opinión como un lector más sobre los autores que conoce. El dice al principio del libro que escribe un diario secreto que no quiere que lea nadie. Lo que ocurre es que pasadas unas páginas se da cuenta de que le falta algo, de que quizás le falta alguien que le lea. Eso lo percibe a medida que va escribiendo, él es un debutante, ha leído mucho pero como escritor es un debutante. Y va también descubriendo donde se equivoca en lo que hace. Al principio este escritor debutante se dedica a modificar la novela de su vecino y después sin darse cuenta empieza a vivir lo que ha modificado en la historia del vecino.

-¿Entra ahí el libro en el terreno de la metaliteratura?

-Sí, porque es lo mismo que sucede en El Quijote, en el sentido de que Alonso Quijano sale campo a través y vive las historias de caballerías que ha leído. Si esto es metaliteratura esto está en El Quijote también, y en todo, todo es metaliteratura al final.

-Me refería a si se rompe la cuarta pared, hablando en términos dramatúrgicos.

-Sí, lo que pasa es que en este país en concreto, que es absurdo, se ha utilizado a veces lo metaliterario como si fuera una cosa extraña, pero la meta literatura está en todo lo que es literario. Hay un amigo mío que le rechazaron un libro porque decían que era demasiado literario, están las cosas aquí.

-Cuando dice que en la novela Mac se da cuenta de que le falta un lector, ¿es una crítica quien escribe sin tener en cuenta a su público?

-Yo cuando empecé a escribir no creía que necesitara un lector. Y escribí La asesina ilustrada, que es mi segunda novela, un libro que asesinaba al lector. Siempre he pensado que lo hice, en parte, porque podía matar a los lectores, porque no me fiaba de que me entendieran o de que me leyeran. Pero con el tiempo uno empieza a darse cuenta también que uno no puede escribir para sí mismo un diario, que escribir tiene sentido también con la figura del lector. Ahora, no te puedes dirigir a un lector abstracto. Mis libros inventan su propio mundo personal, que pone al lector en la tesitura de si le gusta o no.

-Busca a su propio público, quiere decir.

-Pasa con muchos escritores, algunos buscan el término medio, pero muchos son amados u odiados. A mí me parece bien que no haya términos medios, así queda claro a quién le interesa lo que hago y a quién no le puede interesar nada, a veces por equivocación.

-¿El libro también intenta reflexionar sobre los géneros, sobre su modo de transmitir la literatura?

-Mac lucha con su diario para que no se le vuelva novela, hay una tensión entre diario y novela. Él está interesado sobre todo en el mundo de los cuentos y cuando sale a la calle le ocurren cosas que parecen estar empeñadas en crearle una historia para una novela, y el se resiste a esto. Mac y su contratiempo es diario y es novela, y al mismo tiempo libro de cuentos. Y también es un ensayo, porque hay veces que discurre en torno al tema de la repetición y la modificación, de cómo al repetir modificamos, y vamos hacia delante, mientras que cuando recordamos, que es un movimiento igual a la repetición, vamos hacia atrás.