El Reino Unido ha dado su apoyo mayoritario a la salida de la Unión Europea tras una tensa campaña que ha dividido a la sociedad británica y ha abierto un cisma en el seno de los Cinco. El petulante Julián, decidido partidario del brexit y de poner fin a «la tiranía de Bruselas», está eufórico. En el otro extremo del espectro político se sitúa su prima, la temperamental Jorge (Jorgina), firme europeísta, que no puede ocultar su decepción. Ana ha preferido no desvelar su posición para no avivar las tensiones. Dick ni siquiera se ha molestado en averiguar qué se estaba decidiendo. Y el perro Tim ha mantenido la neutralidad, «aunque si hubiera sido capaz de entender la variedad de salchichas que existen en la Europa continental, quizá habría tomado partido». Frustrada por los resultados e irritada por los comentarios eurófobos de Julián, Jorge decide iniciar el proceso para declarar la independencia de la isla de Kirrin.

Este es el punto de partida de Five on brexit island (Los Cinco en la isla del brexit), uno de los títulos publicados hasta la fecha de una serie escrita por el escritor y humorista Bruno Vincent para la editorial Quercus que traslada a los célebres personajes creados en los años 40 por la escritora londinense Enid Blyton a un presente cargado de nuevos desafíos, dilemas e incertidumbres. «El brexit era un asunto demasiado jugoso como para no aprovecharlo», apunta el autor.

Como sabrán todos los lectores familiarizados con las aventuras de Los Cinco, la isla de Kirrin es en realidad un pequeño islote habitado por conejos que alberga las ruinas de un castillo medieval y que pertenece a la tía Fanny, aunque esta ha cedido la soberanía a su hija, que no es otra que Jorge/Jorgina (un caso claro de disforia de género, por otra parte). Allí en la isla pasan los Cinco sus vacaciones, que transcurren sin la supervisión de adultos y son pródigas en aventuras peligrosas y en merendolas no menos temerarias por su altísimo contenido en grasas y azúcares.

Adiós al pastel de riñones

La alimentación es precisamente el eje temático de otro de los libros de la serie creada por Vincent, que cuenta con el aval de los administradores del legado de Enid Blyton y recicla las ilustraciones originales de Eileen A. Soper. En Five go gluten- free (Los Cinco eliminan el gluten), los miembros de la pandilla se ven forzados a renunciar a los emparedados de huevo y jamón y a los pasteles de riñones para abrazar una dieta saludable.

Aún más penosa resulta la decisión que toman en Five give up the booze (Los Cinco dejan la priva), donde, bajo los efectos de una resaca de campeonato (en estos libros los chicos beben algo más que cerveza de jengibre), Julián, Ana, Dick y Jorgina se imponen el reto de mantenerse sobrios durante todo un mes. «Escribí esta historia a partir de testimonios de otras personas, no de mi experiencia personal», bromea Vincent.

Otros asuntos tratados en esta versión reloaded de Los Cinco son los retos de la paternidad (Five go parenting), las tensiones familiares que suscita el olvido de fechas tan señaladas como el Día de la Madre (Five forget Mother’s Day) y la pesadilla que suponen las actividades para fomentar la dinámica de grupo en las empresas (Five go on a strategy day away). En preparación hay títulos sobre la tercera edad frente a las nuevas tecnologías (Five help gran go viral, donde la abuela Barnard se convierte en una youtuber de éxito) y sobre las cenas navideñas de empresa (Five at the office Christmas party).