Aunque sin pretenderlo, la exposición Inkless (sin tinta), de Renato Costa, tiene una «conexión inesperada con la actualidad española», asegura. Y es que la muestra, que ayer se inauguró en el Museo Pablo Serrano, aborda la cuestión de la «autoridad y esa problemática filósófica del que no ha podido encuadrar la figura del otro en un marco moral y ético definitivo», reconoce el artista brasileño.

Pero a través de sus obras, Cosa analiza la «conexión entre la sociedad y el arte porque también hay referencias a la historia del arte», señaló el artista, que estuvo acompañado en la inauguración por el director del Museo Pablo Serrano, Julio Ramón; y por el consejero de Cultura del Gobierno de Aragón, Nacho Escuín, que definió la exposición como «un reto» ya que «habla de cómo se diluye la presencia política, como se diluye la razón entre la sinrazón en momentos determinados, que es lo que estamos viviendo desde el domingo».

El título, Sin tinta pero en inglés, es «una metáfora de la insostenibilidad del sistema». De hecho, comienza con un vídeo (del año 2015) en el que una impresora está imprimiendo «un contrato de aparcería nacional hasta que la tinta se agota», afirmó Renato Costa. A partir de ahí, el 80% son pinturas, pero «esas piezas también dependen del diálogo con otras disciplinas artísticas, como el vídeo, la fotografía, los objetos, etc».

UN PAÑO CON 20 LIENZOS

Dos de los aspectos que llaman la atención al acercarse hasta la muestra, es su color, en el que prima el azul; y el tamaño, ya que Blua Ombro, es una gran composición de 20 lienzos que conforman un paño de 4 metros de alto por 24 de año. El azul proviene de que «al pensar en la cuestión cromática, me llevaba a la sensación de que era «una búsqueda personal, un proceso en la humanidad estaba pasando y no había llegado a una conclusión definitiva, y que me recordaba a mi época de formación, la de mi generación, que no era otra que la del boli bic en el cole», pero también alude a la frase de Oscar Wilde que le recordó el comisario Juan Carlos Moya, que «antes del impresionismo no había sombras azules». Explica Costa que el impresionimo era todo optimismo y el azul lo «ponían en las sombras», así que él decidió «ponerlo todo bajo el mismo filtro azul. Creo que la humanidad está caminando a la sombra de su propia posibilidad». Y respecto al tamaño de la obra, son escenas que analizan la naturaleza humana, el «desplazamiento de la población, la situación política económica, la crisis ambiental... son temáticas que las personas van a conectar perfectamente»; y que se completan con partes que reproducen las barras de la televisión pero sin señal y también en azul.

Otras piezas son las instalaciones Uno y tres cuatros y Eso no es pintura... Lo digo yo. Los asistentes a la inauguración quedaron sorprendidos por la performance que realizó Miguel Ángel Berna y Manuela Adamo, de la que surgió un vídeo, un lienzo y un conjunto de esculturas realizadas por medio de una impresora 3D, que quedaron incorporadas a la muestra desde ese momento.

La muestra permanecerá abierta hasta el 14 de enero.