TÍTULO La presencia de una ausencia. Homenaje a don Manuel Álvarez Bravo

AUTOR Rafael Navarro.LUGAR

Palacio de la Aljafería.FECHA

Hasta el 8 de junio.El número 2 del semanario popular ilustrado Imagen (Ciudad de México, 1933) incluye, junto a la fotografía Los cuatro caballos --conocida también como Los obstáculos-- de Manuel Álvarez Bravo, un resumen del artículo que el crítico polaco Waldemar George publicó en la primera entrega del anuario Photographie. Arts et métiers graphiques (París, 1930). Horacio Fernández estima que pudo ser el propio Álvarez Bravo quien eligiera el fragmento, quizás por entender que era muy próximo a los intereses que guiaban sus fotografías de entonces; el crítico aludía a una fotografía extrañadora, formada por "naturalezas muertas de objetos dispersos o aislados, objetos de uso, accesorios de vida (...) Separados de su ambiente, estos compañeros nuestros de todos los días adquieren una vida nueva y entablan entre ellos interminables diálogos".Algo de esa fotografía extrañadora, está en cada una de las veintiocho imágenes que configuran la serie La presencia de una ausencia que Rafael Navarro (Zaragoza, 1940) realizó en 2011, para homenajear al maestro de la fotografía mexicana. Conviene aclarar que cuando Navarro decide hacer homenajes no se siente obligado a modificar las señas que identifican su lenguaje, si bien sucede que con don Manuel, comparte mucho. Por ejemplo aquello que decía: "Uno dispara a lo que le gusta y desde el ángulo que le gusta, es muy importante lo que puede percibirse fuera del asunto principal, el corte nunca es arbitrario, sino exacto. Me parece que todo es retratable, depende de cómo se le ve. Todo lo que se retrata se retrata por placer".Con auténtico placer, Rafael Navarro decidió fotografiar la casa-estudio de Álvarez Bravo en Coyoacán. Y lo hizo en técnica digital y en color. Todo el color de México que Rafael Navarro ha vivido durante sus múltiples estancias en aquel país --donde realizó la serie Patzcuaro 17 (1998)-- impregna los fragmentos y detalles que, juntos, resultan ser el retrato más intimista de la casa-estudio del maestro a quien tanto admira: la habitación de trabajo, las zonas de descanso y el jardín a través de las ventanas. En 1996, Navarro había fotografiado el taller de Miró en una amplia secuencia de imágenes en blanco y negro, extraordinariamente severas y exactas en su composición. No hay lugar para la severidad ahora, sí para la

ImagenLos cuatro caballosLos obstáculosPhotographie. Arts et métiers graphiques

La presencia de una ausencia

Patzcuaro 17exactitud