Desde un fondo llamativamente blanco, la figura inacabada pero inequívoca de una cabeza de león desafía al lector mirándole de frente con descaro. Es un león sonriente, imaginario por tanto, ya que es bien notorio que los leones no tienen capacidad de sonreír. Sin embargo, resulta completamente reconocible y no da impresión de irrealidad, o por lo menos no en el primer vistazo.

Esta descripción de la portada de La sonrisa del león, un libro escrito por Roberto Malo e ilustrado por Javi Hernández que ha editado Dissident Tales, podría servir para resumir el contenido de este amplio conjunto de relatos cortos, que participan de alguna de las características de su cubierta. Por ejemplo, el ahorro de recursos. Ninguno de los relatos de Roberto Malo sobrepasa las tres páginas, pero esa concisión es más que suficiente para desarrollar una historia y lanzarla hacia un desenlace impactante en la mayoría de los casos; o el desparpajo que rezuman las historias, en las que puede detectarse un tono similar a la sonrisa insolente del león de la portada; o esa curiosa combinación entre realidad e imaginación, en la que es difícil distinguir dónde termina una y comienza la otra.

No es difícil adivinar que Roberto Malo se lo ha pasado bien escribiendo estos cuentos, y que una de sus metas es que quienes los lean lo pasen igualmente bien. Para ello dota a sus historias de un ritmo rápido y energético, con situaciones que partiendo de lo cotidiano resultan singulares --a veces haciendo equilibrios algo arriesgados sobre lo convencionalmente admisible-- y finales que suelen dejar descolocado al lector desprevenido. Las ilustraciones de Javi Hernández dan réplica a los textos, y resultan un comentario visual idóneo y apropiado para estos cuentos que invitan a sonreír con desenvoltura a lo convencional.