Los camerinos de la sala Mozart vibraban de la emoción y los nervios. En ellos, un grupo muy peculiar compuesto por profesores, alumnos y artistas invitados, se arremolinaban en los sofas, los bancos y en el mismo suelo. Mientras algunos no paraban de proferir gritos nerviosos, otros descansaban tranquilamente disfrutando de sus últimos momentos antes de salir a escena.

El evento no era para menos. El concierto iba a suponer la cúspide de una carrera que llevaba años formándose. Después de años de trayectoria cantando en centros cívicos y diversas localidades aragonesas, el coro Adebán de la fundación Adislaf iba a estrenar por todo lo alto en la sala de más categoría de toda la comunidad autónoma.Y por si fuera poco, contando con el acompañamiento musical de grandes artistas como Alejandro Monserrat, Nacho Estévez, Joaquín Pardinilla, Ernesto Cossío, Ludmilla Mercerón, Jose Luís Arrazola, Alejandro Calonge y RebelaSón. Entre todas las emociones que afloraban en aquel lugar, una sobresalía por encima de todas: ilusión, ilusión por actuar, por ver a los familiares aplaudiendo lejos en el público, y por demostrar que la gente con discapacidad intelectual también puede hacer música.

Gema Lopez, directora de la Escuela de Artes del centro Adislaf, describía el proceso seguido: «Llamamos al coro Adebán, que significa adelante en fabla, porque nos hemos encontrado un camino repleto de puertas abiertas». Y confesaba que confía en poder llevar el coro más allá de Aragón, para darlo a conocer en España y para entrar en contacto con iniciativas similares.

Víctor Sanchez, uno de los integrantes del coro contaba los inicios del colectivo: «Empezamos a hacer un grupo, a cantar algunas canciones, y acabamos haciendo un coro, paso a paso».

Visibilización

Felipe Cruz, director del coro desde sus inicios, subraya la importancia de este acto a nivel de visibilización social. «¿Por qué la sala Mozart y no cualquier otro centro cívico? Porque queremos demostrar que hay discapacidad intelectual capaz de hacer música, todo el mundo tiene derecho a disfrutar y a crear arte, no hay barreras»

José Luís Arrazola, guitarrista colaborador del espectáculo, encumbró el esfuerzo de los integrantes del coro, e indicó que se trataba de «un grupo muy agradecido y profesional». El también colaborador Alejandro Calonge, definió el espectáculo como «el culmen de un trabajo que ha llegando a unos niveles que nadie esperaba» y valoró la experiencia como «enriquecedora para cualquier músico».

La muestra musical, titulada Viajando a viva voz, presentó un viaje alrededor del mundo, incluyendo temas de diversas culturas, como la sudafricana, canadiense, cubana y española. Lo dicho, para Adislaf, en la música no hay barreras.