Arte interactivo, irónico y expresionista para todos los gustos, nada de elitismos. Podría quizás definirse así el conjunto de la obra de los hermanos Fernando y Vicente Roscubas (Palma de Mallorca, 1953), gemelos y artistas, que se expone desde hoy y hasta el próximo 31 de enero en la Galería Fernando Latorre de Zaragoza.

El espectador se encuentra de frente con una gran pieza circular, compuesta de pequeños discos de vinilo de colores, a modo de espejos, y que le hacen encontrarse con su propio yo , un yo distorsionado, o perfecto, dependiendo de la percepción de la mirada emocional.

A la derecha, una gran sopa de letras para comer y beber , tal y como señalan los artistas, sigue introduciendo al visitante, invitándole a no sólo mirar una obra de arte colocada en una pared, si no a participar en este mar de palabras. "Nuestra obra es bastante popular --señala Fernando Roscubas-- y busca la participación del público, no creemos en el arte elitista, no tiene sentido el arte sólo para unos pocos".

Los hermanos Roscubas mamaron desde pequeños la dedicación artística: crecieron viendo a su padre pintar acuarelas, y de forma autodidacta empezaron a crear, en conjunto, y sin tensiones. "Enseguida nos entendemos con pocas palabras, nos complementamos muy bien aunque seamos muy diferentes", explican. "Aunque creamos juntos, cada uno tiene su vida independiente, y si alguno quiere hacer algo por separado, no tenemos problema".

IRONIA

Otra de las obras que se puede encontrar en esta muestra son una serie de composiciones, de "tejidos", tal y como indican sus creadores, con anuncios publicados en prensa a los que se les ha invertido el sentido de lectura, con la técnica transfer . "Queremos que la gente no se fije en los productos, que son muy conocidos, si no que vayan más allá, y se pueda pensar en el equipo de publicistas que hay detrás. Es como rediseñar el diseño", comentó Vicente Roscubas. "Creemos que es más fácil llegar al público a través de la ironía porque las exposiciones se ven con mayor facilidad".

Los Roscubas también se reciclan y demuestran conciencia social: doce retratos expresionistas al óleo saludan desde sus grandes ojos. "Son los voluntarios que han ido a ayudar tras el desastre del Prestige, y son retratos individuales porque cada voluntario es único".