Con cinco nominaciones fallidas a los Premios de la Música Aragonesa, el zaragozano Jesús Viñas se presenta como una de las futuras promesas del panorama musical aragonés. Hoy presenta en Barcelona su primer EP Siempre hacia delante, un disco que compuso durante su difícil estancia de Erasmus en París.

—‘Siempre hacia adelante’ es su proyecto más personal.

—Siempre he estado relacionado con diferentes grupos, y en ellos las decisiones se tomaban de forma democrática. El formato, la producción, los instrumentos... En cambio ahora todo dependía de mí, tenía las canciones compuestas y las ideas bastante claras, quería hacerlo a mi manera.

—Se trata de un EP que financió en parte vía crowfunding.

Al principio planteé el proyecto para pagarlo yo entero, pero al final me di cuenta de que necesitaba un poco más de dinero. Muchos artistas conocidos habían apostado por este método de financiación, así que lo intenté. Salí victorioso, pero fue una experiencia muy dura y difícil. Es complicado que tus fans sean a la vez tus mecenas. En total fueron 3.000 euros de crowdfunding, aproximadamente una tercera parte del presupuesto total.

—Recientemente estuvo nominado a tres categorías de los Premios de la Música Aragonesa.

—Nunca había estado nominado a tantas categorías, mejor canción, mejor EP y mejor producción, fue un auténtico honor, pero cuando fui sabía que estaba compitiendo con gente de mucho nivel. Fue un sueño estar nominado junto con tantos referentes míos, pero sabía que no iba a arrebatarle el premio a ninguna de esas personas con tanta experiencia; fui a pasármelo bien.

—¿Quizás la próxima vez?

—Esta fue mi quinta nominación, y sigo sumando. Me gustaría ganarlo con la sexta para no ser el eterno nominado como Leonardo Dicaprio (ríe). No, en serio, me gustaría seguir en la música para poder seguir almacenando nominaciones. Cuando tenga que ser, será.

—¿Tiene algún proyecto futuro?

—Tengo tres proyectos en mente, el primero es una película, un concierto en directo en el que se presentan historias cruzadas sobre las personas que asisten. Me interesaba esa idea de que cuando vas a un concierto coincides con gente con la que jamás te volverás a encontrar. Empezaré con la grabación en septiembre. En segundo lugar la grabación del videoclip de Último Trago, y por último ponerme con la grabación de mi siguiente EP, que se llamará Poeta de Mierda, va a ser un imaginario poético en un formato arriesgado. Las canciones ya están compuestas y empezamos a grabar en febrero.

—¿Supondrá algún cambio en su estilo musical?

—Compuse Siempre hacia delante durante mi etapa de Erasmus en Francia. Fue una etapa dura, llena de situaciones personales complicadas. Durante un tiempo me vi sumido en la tristeza dentro de mi pequeña habitación en París. No sé hacer canciones que no vayan con mi estado anímico, así que suena un poquito oscuro y triste. Este nuevo disco va a reflejar mi etapa actual, va a expresar optimismo, con ritmos más pegadizos y va a dibujar una sonrisa en la cara de quien lo escuche. Es bonito mirar hacia atrás y hacia delante para saber donde esta uno. Creo que sigo mejorando, y esa es mi única perspectiva de futuro. Me sigo sintiendo como un niño de 8 años emocionado por jugar su primer partido de fútbol.