En torno al mediodía de ayer, la empresa Servicios Taurinos Serolo, adjudicataria durante los dos últimos años de la explotación de la plaza de toros de Zaragoza, cargó sus pertenencias en un camión situado a las puertas de las oficinas del coso en virtud de la sentencia del juzgado 21 de la capital aragonesa que el pasado 16 de diciembre le condenaba al desahucio.

Es el último (o penúltimo) episodio de un conflicto que tuvo su origen en la negativa de Serolo a abonar cualquier cantidad en concepto de alquiler del coso mientras no se viera una demanda --todavía no resuelta-- interpuesta contra la diputación en la que se pedía una exención, entre otros conceptos, de los importes correspondientes a los meses de enero a marzo de 2012.

Acogidos a tal derecho, Sebastián y su hijo Carlos Rodríguez se han venido negando a pagar desde entonces hasta que un juzgado les ha condenado al desahucio y al abono de los 573.000 euros que reclama la propiedad.

En un escrito fechado en Valencia a 30 de diciembre de 2013 y dirigido a la corporación provincial, Sebastián Rodríguez, administrador de dicha mercantil, comunica su voluntad de aceptar la resolución judicial de 16 de diciembre renunciando a su derecho a recurso, acción que hubiera supuesto indefectiblemente, la previa satisfacción de las cantidades reclamadas.

Tal circunstancia supone que, ahora y definitivamente sí, Serolo ha dejado de tener cualquier vínculo empresarial con la plaza de toros de Zaragoza y que, toda vez que sus pertenencias han sido retiradas del inmueble invoca a la disponibilidad de DPZ para fijar día y hora a fin de proceder al inventario.

OTRA DEMANDA PENDIENTE Paralelamente, otro juzgado de Zaragoza tramita la demanda interpuesta por Serolo contra DPZ cuyo juicio verbal tuvo lugar el pasado 5 de diciembre, quedando vista para sentencia.

En cualquier caso, su resolución nada obstaculizaría el futuro de la plaza de toros de cara al devenir inmediato puesto que, en virtud de la sentencia de la Audiencia Provincial de finales de octubre pasado, ambas causas se consideran totalmente desvinculadas y, por tanto, existe vía libre para la nueva convocatoria en busca de una nueva empresa.

Para ello, los servicios técnicos y jurídicos, anticipándose a una sentencia que presumían favorable llevan ya tiempo trabajando en el formato de dicha propuesta de acuerdo a los preceptos legales posibles y encaminada a hacer de la plaza de toros de La Misericordia un coso atractivo para las empresas, con una programación equilibrada ajustada a los tiempos actuales y que permita rescatar a la plaza del estado de abandono y descrédito a que la han conducido los empresarios salientes.