George Smiley regresa a las librerías por última vez. Así lo asegura John Le Carré, que a sus 86 años ha decidido despedirse del personaje que más satisfacciones le ha brindado. Para ello, nos traslada a un pasado previo al de El espía que surgió del frío, una de sus novelas más aclamadas, para contarnos los antecedentes de la misma.

Peter Guillam disfruta de su jubilación en una granja de Bretaña. Los días en los que trabajaba mano a mano con George Smiley han quedado atrás, y nada parece indicar que esa paz vaya a cambiar. Hasta que recibe una notificación para que se presente en la sede central del Circus, en Londres. Los hijos de Alec Leamas y Liz Gold reclaman una compensación por la pérdida de sus padres. La documentación de la misión en la que perdieron la vida no está clara, y solicitan la colaboración de Guillam para tratar de aclararlo todo. Con lo que no cuentan es con que este caso tenga tantas sombras en su haber.

PERSPECTIVA DIFERENTE / Narrada en primera persona a través de la voz de Peter Guillam, este recurso muestra una perspectiva diferente respecto a novelas anteriores de la serie. En todo momento dominamos los aspectos del caso porque, además de penetrar en la mente del narrador, podemos comparar entre lo que el personaje conoce y lo que confiesa conocer. No hay dobles juegos, no se oculta nada al lector. Esto enlaza con uno de los temas recurrentes de Le Carré: la importancia del individuo frente a la colectividad. Cómo las relaciones personales pueden dar al traste con toda la preparación que un agente experto lleve a cuestas. Él sabe en qué consiste su misión y cómo debe afrontarla, pero el corazón humano no sabe de pautas.

Interrogatorios y diálogos son todo uno en El legado de los espías. A través de ellos, Le Carré logra una agilidad narrativa que se ajusta a lo que necesita la historia. Y puede prescindir de largas descripcione, ya que son sus propias voces las que consiguen perfilarlos. Los informes leídos por Guillam sirven como contrapunto a las conversaciones, cambiando por completo el estilo y llevándonos a la Alemania del telón de acero. No podía faltar el reflejo del momento actual, habitual en la trayectoria de Le Carré. Utiliza la voz de Smiley para expresar su opinión en contra del brexit. Europeísta convencido, no comprende que unos pocos determinen la ruptura de una comunidad tan grande. En un brillante alegato final, subraya que él siempre ha luchado por sacar a Europa de la oscuridad para llevarla a una nueva edad de la razón. A estas reflexiones se une el cuestionamiento sobre el papel que jugaron los propios espías en la guerra fría. Los dirigentes actuales del Circus no valoran ni respetan las misiones del pasado, en parte por la falta de compromiso con la sociedad que se vive en la actualidad, en parte por las dudas sobre los procedimientos y las decisiones que se tomaron en aquellos instantes. Frente a ello, Guillam, que vivió aquella época, trata de defender la postura opuesta. Su trabajo. Su legado. Que el lector decida qué bando elige.

EL LEGADO DE LOS ESPÍAS

John Le Carré

Planeta