La relación de Enrique Iglesias con sus fans es de amor-odio. Tan pronto le hacen número uno del verano como critican sus ‘salidas’ de tono en los conciertos. Esto último es lo que sucedió este sábado en Santander: unas 30.000 personas que han asistido al concierto del artista han acabado abucheándole.

El estadio de El Sardinero en pleno ha acabado pitando al hijo de Julio Iglesias en protesta por su marcha intempestiva y sin despedirse del público, y a gritos de «¡Manos arriba, esto es un atraco!».

El cantante, que ha reconociócasi al final del concierto estar «nervioso» por cantar en España e, incluso, pidó disculpas al público por ello, comenzó el concierto saliendo por una pasarela con cinta transportadora, y al ritmo de su último single, Súbeme la radio. Pero tras una hora y media, y tras cantar I like it, el artista madrileño abandonó las tablas y la luz se hizo en El Sardinero, con todo el público esperando a otras conocidas canciones del artistas como Experiencia religiosa, o Bailando. Pero Enrique Iglesias no volvió al escenario, lo que provocó los cuchicheos, primero, y los gritos de indignación después, entre los miles de seguidores.

Muchos empezaron a criticar su actuación al considerarla corta, e, incluso, muchos seguidores levantaron las manos al grito de «Manos arriba, esto es un atraco» o «fuera, fuera».

Los responsables de producción empezaron a desmontar el escenario, mientras los fans, atónitos, criticaban que se hubiera ido sin despedirse y ni siquiera presentar a los que le acompañaban.

El público abandonó el estadio justo 90 minutos después de que el cantante iniciara su actuación, quejándose de cómo había finalizado este único concierto del intérprete en España.