Esta versión de 'Dirty dancing'. que podrá verse en Zaragoza, dirigida por Federico Bellone, es más fiel al guión de la película y utiliza menos pantallas led y pirotecnia tecnológica. "A diferencia de la primera versión del musical de Broadway, la escenografía es más orgánica y la obra superfiel a la película. No nos hemos saltado ni una coma del guión de Eleanor Bergstein, pero sí lo hemos acercardo con algún guiño al público español", explica Iñaki Fernández, productor del espectáculo. Esta es su primera experiencia en el musical tras el cabaret erótico festivo de 'The hole'. "Esto es otra historia, no tiene nada que ver". Todas las voces son en directo, pero no todos todos los músicos. Hay instrumentos grabados.

25 ACTORES Y CUATRO MÚSICOS

Veinticinco actores, cuatro músicos y 20 técnicos se encargan del espectáculo que cuenta con una escenografía llena de sorpresas. "Es complicado encarnar un rol tan icónico", asegura Christian Sánchez en relación con su papel de Johnny Castle, el 'crack' de la pista de baile, que interpretaba el fallecido Patrick Swayze. "No quise ver la película cuando me ficharon. Necesitaba hacer mío el personaje, ir a su esencia. Me alegra cuando la gente me dice que me parezco al actor del filme con quien físicamente tengo más bien poco que ver". Para él Johnny Castle es un tipo "chulesco pero tierno. El musical destaca más que la película cómo ha vivido el hecho de tener que acompañar a mujeres más maduras que él a cambio de dinero para sobrevivir", ha dicho el actor.

SEXO, BAILE Y FEMINISMO

Amanda Digón, la actriz que interpreta a Fances. dice que también necesitó "partir de cero" para meterse en la piel del personaje, una chica que descubre la danza y el sexo a raíz de unas vacaciones con su familia en unas vacaciones en la montaña en un 'resort' donde Johnny trabaja como animador y profesor de baile. "Dirty dancing' es muy feminista" recuerda Digón en referencia al filme, estrenado en 1987, por su defensa del aborto legal y de la libertad de las mujeres para disfrutar de su cuerpo y para tomar sus propias decisiones.

Ambos actores alucinan con las pasiones que el musical despierta. "El público viene entregadísimo, con total predisposición a recordar la película. Muchos se saben las frases". Pero los números musicales son el plato fuerte, sobre todo el salto final a ritmo de 'Time of my life'.

La magia de 'Dirty dancing' perdura 30 años después gracias al musical.