El público del Festival de Cine de Tarazona y el Moncayo pudo disfrutar el lunes del estreno en Aragón de la ópera prima de Alberto Utrera, Smoking club (129 normas), una película independiente y de bajo presupuesto que fue rodada en apenas una semana y en una única localización: un club de fumadores de cannabis. El propio Utrera fue el encargado de presentar la cinta en el teatro Bellas Artes de Tarazona junto a gran parte del equipo, que mantuvo un distendido coloquio con los alrededor de cuatrocientos espectadores que acudieron a esta segunda sesión del certamen de largometrajes. «Hemos estado ya en seis o siete festivales y la verdad que cada vez que nos seleccionan lo flipamos bastante», dijo el director.

«Surgió de un curso de la escuela Central de Cine de Madrid, donde nos juntamos con varios actores y un par de guionistas y nos propusimos hacer un ejercicio: ver si éramos capaces de escribir un texto y hacer una película que entretuviese al público», recordó un Utrera satisfecho por haberlo conseguido sacar adelante y llegar a certámenes como el de Tarazona. Y es que consideró que «los festivales hacen una labor por el cine importantísima». «Se da a conocer un cine que la gente no consume especialmente en España y nos ayuda mucho con la difusión», destacó. El largometraje tiene como protagonista al propietario de un club de fumadores de cannabis, «un espacio de libertad» que, con el paso del tiempo, «tiene que meter 129 normas más para que la gente pueda mantener esa libertad». «Habla un poco de la vida y de las reglas que nos rigen a todos», añadió. Por otra parte, el certamen nacional de cortometrajes recibió también a directores noveles que están dando sus primeros pasos en este mundo.