El universo de García Márquez tiene un nuevo planeta, un obligado destino para los estudiosos, los investigadores o los meros amantes del genio colombiano. Ese nuevo templo de peregrinaje está en Austin, concretamente en la sala de lectura y consulta del Centro Harry Ransom de la Universidad de Tejas, donde ayer se abrió el archivo del Nobel. Gracias a la tecnología y a la digitalización, una selección estará también disponible en la red. Y abriendo el acceso, como dijo Stephen Enniss, director del centro, Gabo, "como el personaje de una de sus novelas, ha entrado en un espacio fuera del tiempo", asentándose en esa eternidad en la que le ganó un lugar su literatura.

El archivo lo componen más de 75 cajas de documentos, según ha explicado la biblioteca- museo dedicada al estudio de las humanidades. Hay, por ejemplo, borradores de manuscritos publicados e inéditos del hombre que firmó la imperecedera Cien años de soledad y hay también correspondencia, numerosas cartas que escribió no solo a amigos y colegas escritores sino a un variado grupo de personajes, desde Fidel Castro hasta Akira Kurosawa pasando por el que fue secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan. Asimismo, el archivo incluye 43 álbumes de fotos, incluyendo algunos de Amigos, en los que aparece retratado junto a Fidel Castro, Luis Buñuel o Woody Allen. Y hay álbumes de recortes, material de investigación, cuadernos de notas, recortes de prensa, guiones de cine... Todo un tesoro que, en palabras de Ennis, dará "a quienes son pacientes revelaciones sobre el arte de García Márquez" y, a las palabras del autor, "nueva vida".

"Los lectores tendrán acceso a los trabajos completados pero, a través del archivo, ves un lado humano del artista maestro", explicó José Montelongo, un bibliógrafo de la Universidad de Tejas que ha trabajado con el material.

AMPLIACIÓN

Por el centro dedicado al estudio de las humanidades, que ya alberga importantes archivos en su colección de autores como Jorge Luis Borges, William Faulkner, Ernest Hemingway, Samuel Beckett, John Steinbeck, Doris Lessing o J.M. Coeztzee, pasaron el año pasado investigadores de 30 países. Su magnetismo en el mundo académico y literario solo puede aumentar con la adición del de Gabo, y Megan Barnard, la directora de adquisiciones, anticipa que el archivo de García Márquez "será una de las colecciones más frecuentemente estudiadas no solo por su importancia de sus trabajos literarios sino por su significado en una gama de disciplinas, desde el periodismo a historia y política latinoamericana y cine". Y, además, el centro se ha comprometido a seguir ampliándolo.

De hecho, ya ha empezado a hacerlo, adquiriendo, por ejemplo, 48 cartas que el de Aracataca cruzó entre 1961 y 1971 con su compatriota y colega Plinio Apuleyo, una copia mecanografiada de El coronel no tiene quien le escriba y una anotada de El general en su laberinto. "Los archivos son entes orgánicos que evolucionan y crecen --explicó Enniss--. Hay implícita una responsabilidad de seguir añadiendo sucesivamente material que complemente y extienda el archivo. La inauguración en el campus de Austin no es el fin de esta historia, es solo el principio".

Hay, no obstante, aire de celebración. Es un triunfo haber conseguido que el archivo, por el que se pagaron 2,2 millones de dólares (1,9 millones de euros), según se anunció en febrero, haya acabado en Tejas en lugar de en Colombia, México (donde García Márquez vivió al final de su vida y murió en abril del año pasado a los 87 años) o incluso en cualquier otro país latinoamericano. Y la universidad es consciente de su logro.

Hasta el 1 de noviembre se ha organizado una exposición en la que se pueden ver algunos de los documentos y objetos del archivo, incluyendo una carta a Jimmy Carter, un borrador mecanografiado con correcciones del epílogo de Crónica de una muerte anunciada o la máquina de escribir Smith-Corona 250 del hombre que regaló Macondo al mundo.

SIMPOSIO

Al lanzamiento público del archivo le acompaña, además, la celebración de un simposio --Gabriel García Márquez: Vida y Legado-- que se celebrará la semana que viene, entre el 28 y el 30. Salman Rushdie dará la lectura inicial el día 28 y correrá a cargo de Elena Poniatowska la clausura tras tres jornadas de paneles y conferencias que analizarán la influencia de Gabo en la literatura pero también en el cine o el periodismo. Aunque las inscripciones se agotaron, se podrá seguir por internet, tanto en español como en inglés (www.hrc.utexas.edu). El centro Harry Ransom recordó que ofrece 50 becas al año para quienes necesiten una inmersión en sus archivos. El universo Gabo ahora pasa por Austin.