Después de Prometheus y antes de Alien, el octavo pasajero, pero con algún eslabón perdido anterior a la acción del filme fundacional de la serie que cabrá rellenar con otra película. Así se situaría argumentalmente Alien: Covenant, un filme parecido siendo bastante distinto.

Expliquémonos. El espectador avezado en esta franquicia de terror y ciencia ficción encontrará todos los elementos reconocibles: el parásito que se arroja a la cara de un astronauta para incubar en su interior la futura criatura; el monstruo de cabeza apepinada, cola gigante y mandíbulas de acero o el acoso por los laberínticos pasadizos de una sofisticada nave espacial.

Pero en comparación con la más contenida y casi estilizada Prometheus, donde el imaginario característico aún no aparecía, Alien: Covenant explota los elementos más pulp que Scott y sus guionistas -entre ellos John Logan, creador de la teleserie fantástica Penny Dreadful- se han sacado de la manga. La parte final es pura serie B, pero con grandes medios de producción.

La creación sintética que encarna Michael Fassbender tiene ya nada disimulados ecos de los replicantes de otro gran filme de Scott, Blade runner: la inteligencia artificial que piensa por sí misma. El patógeno que trasladaban al final de Prometheus aparece definitivamente como el origen de todo lo que vendrá a continuación si rebobinamos y recordamos Alien, Aliens, el regreso, Alien 3 y Alien: resurrección.

Cambia, eso sí, el escenario. Aunque hay secuencias de acoso y derribo alienesco en el interior de la nave espacial, el grueso de la película acontece en un planeta entre la isla perdida de King Kong y el Parque Jurásico, pero sin criaturas de tiempos remotos; un escenario natural y bello en el que la ausencia de todo sonido de pájaros y animales crea más inquietud que las apariciones de las criaturas mutantes.

El androide con el rostro de Fassbender no deja de hacer citas cultas pero Alien: Covenant es puro terror viscoso, brotes de sangre en primer plano, criaturas mutantes y pánico total.

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Estreno: 12 de mayo

Alien: Covenant

Ridley Scott