La construcción del pantano de Yesa fue, en realidad, lo que provocó que Tiermas y Escó sean hoy dos núcleos medio derruidos y, por tanto, abandonados. La magia del cine ha hecho que por unos días --desde el lunes hasta hoy-- ambas vuelvan a la vida, a ver correr gente, para ser de nuevo destruida, en esta ocasión para ambientar el bombardeo sufrido por Guernica en abril de 1937. La ciudad antes del bombardeo se ha rodado en Artziniega y Lekeitio, después, ya en los pueblos zaragozanos, "cuando la destrucción es total".

El realizador Koldo Serra finaliza mañana el rodaje de Gernika, una película ambientada durante el ataque aéreo aunque en el fondo narra la historia de amor entre Teresa (María Valverde), una censora de la oficina de prensa republicana, y Henry (James D'Arcy), un periodista americano (George Steer) que está cubriendo la guerra civil. Junto a ellos, están estos días en Tiermas y Escó Jack Davenport, Alex García y Bárbara Goenaga y así hasta un equipo de alrededor de "150 o 160 personas", explica José Alba (de Pecado Films), uno de los productores.

Lo que se rueda en Zaragoza son "los últimos minutos de la película, cuando los momentos de mayor destrucción y Guernica está en llamas". Descubrieron Escó "por casualidad" porque Unax Mendía, director de fotografía pasó por aquí camino de Jaca. Nos avisó, vinimos y vimos que era un sitio maravilloso", explica Alba. Desde el Gobierno de Aragón les hablaron de Tiermas. Después llegaron los permisos, los informes --están declarados Patrimonio-- y el rodaje.

"Cuando vimos el sitio fue un subidón, porque si hubiéramos tenido que construir nosotros de cero, incluso con todo el dinero y el talento del mundo no sé si lo hubiéramos conseguido tan perfecto", reconoce Alba. De hecho, la combinación de las calles de ambos lugares con las rodadas en el País Vasco han hecho que el resultado sea "de un realismo difícilmente conseguible en un plató o en un decorado".

Los efectos especiales son primordiales en una película como Gernika. Los responsables son Raúl Romanillos (ganador de un Goya por El niño), Ignacio Carreño y David Heras. Y de hecho, durante la última semana "hacemos al día, seis o siete explosiones". La secuencia final, la que se rueda aquí, "tendrá bastante espectacularidad y realismo, ya que muchos de los actores han accedido a hacer la secuencia de acción sin dobles".

José Alba reconoce que para completar la financiación (unos seis millones de euros) ha hecho falta que participara una multinacional --Sony--, lo que ha provocado que había que convertir "una historia local en universal"; que se ruede en inglés y que, como contrapartida, "se venda a todo el mundo".

El productor reconoce que Koldo Serra "ha hecho, con lo que tenía un trabajo maravilloso", aunque también asegura que "los directores siempre quieren tenerlo todo y la ambición no tiene límites, pero su trabajo ha sido increíble. Además, es muy meticuloso y preciosista", añade.

El resultado, en pantalla grande "a principios del 2016", cuando Tiermas y Escó, vuelvan por unos minutos, a la vida... para volver a morir.