Tres artistas españoles que viven y trabajan en Pekín -el zaragozano Jorge Usán, el castellonense Ramón Roig y el guipuzcoano Judas Arrieta- inauguraron hoy en las afueras de Pekín la exposición "Jaleo", en la que mostraron obras con las que reflejan cómo la cultura china ha influido en su devenir artístico.

La exposición, que además muestra obras del chileno Matías Kranh (también residente en Pekín), es pare del III Festival de Arte de Songzhuang, un pueblo al este de Pekín que se ha convertido en una suerte de Montmartre pequinés, pues en él viven decenas de artistas y ya se han construido en él numerosas galerías. Los cuatro españoles se han aventurado a vivir en Pekín contagiados por el enorme número de "pueblos de artistas" que han nacido en los últimos años en las afueras, y entusiasmados por una urbe que es el centro del arte chino contemporáneo, llena de contradicciones y, por tanto, de inspiraciones para crear.

"Me gusta moverme dentro de este caos. La ciudad a veces se te come, es un jaleo", explica Jorge Usán, desvelando así una de las razones para el título de la exposición. El zaragozano asegura que España es para él un sitio "muy plano" y dijo que prefiere un lugar en el que "muevan algo de tu interior": según él, China es el país ideal para ello, enfrascado en una época de cambio que suele irle bien a la creación artística.

Aunque Usán presenta en esta colección una serie con una temática muy española, llamada "El Paseíllo", usa técnicas chinas (tinta sobre blanco) acompañadas de algún que otro objeto desperdigado en el lienzo (pepitas de sandía y cajas de cerillas) para describir el mundo taurino y el ambiente que le rodea. Ramón Roig, por su parte, presenta en la exposición obras en las que muestra su admiración por el arte tradicional de Oriente, a través de sus "bellezas tecno", en las que dibuja a bellas mujeres chinas -un motivo muy popular en las antiguas acuarelas chinas- pero transformadas por la tecnología moderna.

El pintor de Oropesa del Mar asegura que le fascina el arte chino "que desde los orígenes continúa evolucionando", y en cambio le chocan aquellos artistas del país asiático que intentan copiar lo occidental, obteniendo resultados para él "chocantes". Roig, que también presenta su serie "Mrs Protenomic" y se atreve a pintar borgianos Alephs, llegó a Pekín en marzo, atraído según él por la vitalidad del arte de esa ciudad, que no encontró en otras metrópolis más cosmopolitas como Shanghai o Hong Kong.

Judas Arrieta, natural de Hondarribia, presenta por su parte la serie "Manhua-Sunwukong-Xiyouji", en la que transforma tres edredones tradicionales chinos -adornados con dragones y deseos de felicidad para los matrimonios que bajo ellos duermen- en lienzos para plasmar en ellos lo que a él le ha impactado de China. "Mi idea al principio era convertirme en un artista 'chino'. Sé que es imposible, pero juego con esa idea", asegura el pintor vasco, quien usa muchos motivos orientales, según cuenta, "para que hagan de pequeños 'anzuelos' para el espectador chino y le provoquen".

Arrieta, como sus compañeros, considera a China "un lugar muy interesante para producir y trabajar, con muchas galerías y precios asequibles" a la hora, por ejemplo, de alquilar un estudio. La exposición hispano-chilena ha sido organizada por la galerista china Wang Chunyan, quien también les ha preparado una segunda exposición el próximo sábado día 10: llevará por título "Jaleo-Ma" y mostrará de forma similar la pasión de los cuatro artistas hispanohablantes por el caos pequinés.