Que un euro no es nada y que Zaragoza tiene un público excelente para el mundo de los tebeos y las novelas gráficas ha quedado más que demostrado este fin de semana en el X Salón del Cómic, que acoge desde el viernes hasta hoy la sala Multiusos. Ayer, el interior del recinto se encontraba a las 19 horas a rebosar y fuera, en la calle, cientos de personas hacían fila para sacar sus tickets. "Vamos a hacer corto de entradas", decía Antolín Terés, coordinador del salón.

Ya el viernes, la cifra de visitantes se acercó a los 2000, "y estos eran puros, pues el sábado y el domingo puede haber gente que repita con el mismo ticket --vale para los tres días--, pero las del viernes eran cifras blancas", decían en la organización.

También en el colectivo Malavida estaban satisfechos. "Nada más abrir estaba petado y hay que ver las colas; quizá el hecho de que el salón estuviese a punto de no celebrarse le ha dado más propaganda", decía Chefo, dibujante del colectivo. Y Terés asentía: "Está claro que a esta ciudad le va el cómic, no hay vuelta de hoja".

La realidad es que el ambiente en el interior era magnífico. Las tribus manga campaban a sus anchas y animaban el recinto con sus actuaciones en el escenario. Tampoco faltaban personajes de la Guerra de las Galaxias, ni Batman. Pero lo mejor eran los visitantes. Dionisio Platel, de Malavida, apuntaba que "a diferencia de otros salones, como el de Barcelona, donde va la gente más especializada, éste es mucho más familiar. Vienen padres con sus hijos, familias enteras, incluso abuelos con sus nietos". Un ejemplo eran Nuria y Javier, dos padres que se habían acercado con su hijo Adrián, de 11 años: "Yo había venido otros años y tenía ganas de traer al chico, ahora que ya tiene edad, se estrena". Adrián, influido por las lecturas paternas, tenía claras sus preferencias, "busco tebeos de Mortadelo y de 13 Rue del Percebe".

La tarde, además de contar las firmas de autores como Paco Roca o Kenny Ruiz, fue una jornada de exaltación del cómic aragonés, que vive un estupendo momento. Dani García Nieto y Miguel Ángel Hernández presentaron El necrocomicón; los Malvida, firmaban el número 24 de su publicación; Daniel Foronda, La carrera de Tina; XCar, Gervasio Mantel de su chorra amigo fiel; también se presentó un nuevo número de Thermozero, publicación que aglutina a dibujantes aragoneses; José Domingo, gallego nacido en Zaragoza, regresó a su ciudad de origen para firmar sus obras, e Ignacio Ochoa hacía lo propio con Le bathyscaphe, álbum editado en Francia, pero no en España, que nos dice mucho de la proyección de los autores aragoneses en el exterior. Por si fuera poco, casi de puntillas, a las 19 horas entraba en la Multiusos Carlos Azagra, otro aragonés grande.