Renovador. Rebelde. Así es como se recuerda a uno de los oscenses que más huella ha dejado. Ciento veinticinco años han pasado desde el nacimiento de Ramón Acín. Una vida repleta de arte, pedagogía y compromiso político que tuvo un trágico desenlace en un paredón de fusilamiento en Huesca, el 6 de agosto de 1936. El Instituto de Estudio Altoaragoneses (IEA) inauguró ayer la exposición Geometría de un hombre sin aristas, que permanecerá hasta el próximo 12 de enero en el Museo Provincial de Huesca.

La primera parada de este recorrido acerca al visitante al universo de la calle de Las Cortes, donde nació Ramón Acín, contrajo matrimonio con Conchita Monrás y vio nacer a sus dos hijas. La siguiente etapa es la llamada Varetas de baulero, que recoge su evolución pictórica y escultórica. Toda una "obra impregnada por su visión del mundo", según el comisario Víctor Pardo. Entre las obras se encuentra un óleo titulado Mediterránea en el que capta a una "joven, colorista y vital" Conchita Monrás. Otra de las secciones está dedicada al maestro "renovador" de Dibujo de la Escuela Normal de Huesca, cuenta el comisario. La muestra también se centra en la sublevación de los capitanes Galán y García Hernández el 12 de diciembre de 1930 en la que Acín participó y que le empujó al exilio en París en 1931. La lotería de 1932, otro de los momentos reflejados, le permitió financiar el documental de su amigo Luis Buñuel Las Hurdes . Y en Geometría de un hombre sin aristas no se deja de homenajear al militante anarcosindicalista, articulista y defensor de las libertades, el "hombre que dio permanente ejemplo de ser una persona consecuente con sus ideas", según Pardo. Lo más entrañable que encuentra el visitante son las cartas que desde la cárcel dirigió a sus hijas, explicándoles que quería "que todas las niñas tuvieran los mismos juguetes que ellas".

HOMBRE DE SU TIEMPO

Ramón Acín demostró "una capacidad para aprender increíble", confiesa Víctor Pardo. En sus dos viajes a París mantuvo contacto con las vanguardias de los años 20 y 30. Entre las personalidades de la cultura española que se cruzó en su camino estuvieron Rafael Sánchez Ventura o el pintor Ismael González de la Serna desde su exilio. Huesca lo mantiene vivo en su memoria. Prueba de ello es el monumento a las Pajaritas que Acín hizo en 1929. Un "símbolo de identidad de la ciudad", explica Pardo, que se salvó porque la dictadura no entendió su significado.

La muestra Geometría de un hombre sin aristas está incluida dentro del ciclo que este año organiza el Instituto de Estudios Altoaragoneses para estudiar la figura de Ramón Acín. En septiembre tendrá lugar un coloquio sobre su faceta como pedagogo, seguido de otra conferencia sobre su actividad periodística en octubre, para terminar con una charla sobre su militancia anarquista en noviembre.