La Seminci celebró ayer el día de Islandia, país invitado en esta 62 edición, con la proyección en la sección oficial del film Undir Trénu (Bajo el árbol), que muestra cómo todas las guerras se originan «con una leve disputa». Así es cómo definió su obra tras su presentación en el festival el director de la cita, el islandés Hafsteinn Gunnar Sigurdsson, quien aterrizó en esta Seminci con su tercer largometraje, una comedia negra donde las pequeñas disputas se convierten en una bola de nieve que no deja de crecer.

En este título, el director presenta dos historias conectadas por sus personajes, familiares entre sí. La primera de ellas aborda un problema doméstico entre Atli (Steinpor Hróar Steinpórsson) y su mujer, en la que la hija de ambos, la joven Ása, se ve inmiscuida en una disputa por su custodia. La segunda de las tramas, la más «sorprendente y llamativa» en palabras del director, es la disputa que mantienen los padres del protagonista con sus vecinos, por la disposición de un árbol en el jardín de su patio que oculta la luz solar a sus colindantes.

Dos tramas que en un principio se desarrollan en tono cómico, pero que, a medida que el conflicto va aumentando, la espiral de ansias de revancha y violencia se va volviendo inevitable, lo que pone en evidencia que el uso de la fuerza «no lleva a ninguna parte» y que la actitud de diálogo «siempre debe prevalecer». Y es que estas disputas por conseguir un poco de los beneficios del astro rey son «demasiado habituales» en Islandia, un país donde el sol «brilla por su ausencia» y, «mientras que en España se plantan árboles para conseguir sombra», en Islandia hacerlo «puede ser motivo de peleas constantes».