El festival Castillo de Aínsa llega a su fin y lo hace con el mismo espíritu con el que se inauguró, el de ser un certamen para toda la familia, de ahí que la programación de hoy incluya actuaciones para los más pequeños, con el circo La Raspa, la música de Habana Teatro en colaboración con Tornabís producciones; los títeres de Los Claveles y, para clausurar, una obra para adultos, Una mujer en la ventana, a cargo de Uroc teatro.

Circo La Raspa lleva, de 11.00 a 14.00 horas, su taller de circo a la plaza Mayor. Se trata de una propuesta lúdica para todos los públicos con espectáculo circense como actuación final. Y es que el circo es una disciplina perfecta para que mediante el juego, entre padres e hijos, se fomenten valores como la tolerancia, la autoestima, pero también el ejercicio, el equilibrio y la psicomotricidad, ya que con La Raspa, los más pequeños se podrán subir al trapecio, caminar sobre el cable o aprender a hacer malabares con mazas y pelotas.

Habana Teatro se ha unido a Tornabís producciones para poner en escena la producción musicoteatral Caringa Cosongo (13.00 horas, en el Castillo de Aínsa). La pieza nos muestra a un grupo de cinco músicos y actores que llegan del Caribe. Se trata de una banda de ladrones de música, liderada por Martirio, la jefa de la banda, que se propondrá en que el público disfrute de una verbena en toda regla.

Ya por la tarde, las marionetas serán protagonistas con Teatro Los claveles, que presentarán Las habichuelas mágicas (Patio del Museo, a las 19.00 horas). La historia lleva al espectador a un momento en el que la tierra estaba tan reseca que era imposible plantar nada. Allí, Carolino, un niño amante de los animales, tiene que vender a su vaca para poder comprar comida para su familia. El comprador, a cambio, le ofrece unas habichuelas mágicas con las que sus deseos se harán realidad.

La obra encargada de clausurar la XXVII del Festival Castillo de Aínsa, Una mujer en la ventana (22.00 horas), de Uroc Teatro, narra la historia de una mujer mayor, interpretada por la actriz Petra Martínez, todavía en buenas condiciones físicas y con ganas de vivir independiente, que tiene que aceptar ir a vivir a una residencia de ancianos. El dueño del edificio, donde la mujer lleva viviendo mas de cuarenta años, ha conseguido que lo declaren en ruinas y es por esa razón que tiene que abandonar su casa e ingresar en una residencia. Su hijo va a venir a recogerla por la mañana temprano para ayudarla a empaquetar y llevarla a su nuevo hogar. La obra transcurre mientras la mujer, antes de irse a la cama empieza a seleccionar las cosas que se puede llevar. Claro está que si fuera por ella se llevaría todo, pues todas las cosas que la mujer tiene en su casa tienen para ella muchísimo valor sentimental. Se trata de una obra que invita a la reflexión sobre el proceso de hacerse mayor y las renuncias que esto supone en la sociedad actual.