A Miquel Navarro (Mislata, Valencia, 1945) le gustó la idea de que su intervención escultórica para la Exposición Internacional de Zaragoza 2008 se situara junto a la ciudad, quizás por la relación que la escultura establece con el entorno urbano del que entra a formar parte. Quien decidió su ubicación tuvo en cuenta, también, la proximidad de la fuente monumental de Miquel Navarro con la chimenea de ladrillo a cara vista que Miguel Ángel Navarro construyó en 1917 para la manufactura de lanas de Morón y Anós, dedicada al lavado y secado de lanas; la chimenea, tal como la describe la profesora María Pilar Biel, arranca en planta poligonal con un depósito de agua adosado en su parte intermedia y continúa en un cuerpo circular decorado con motivos geométricos, estrellas y rombos, de inspiración neomudéjar, hasta quedar rematada con un anillo de arquillos ciegos levemente apuntados. A su lado, la fuente monumental de Miquel Navarro, realizada en hierro pintado de color rojo, de 8 metros de alto, 23,5 metros de longitud y 5 metros en la zona de mayor anchura, evoca en su configuración geométrica el continuo movimiento del agua desde su salida por el caño procedente de la válvula vertical de naturaleza totémica, su ágil discurrir por el canal horizontal hasta quedar depositada en la alberca. Según ha comentado Miquel Navarro, Válvula con alberca, que así se llama su fuente para Zaragoza, está inspirada en los respiraderos que antiguamente existían en las acequias para descongestionarlas de aire, además de ser una construcción pensada para ser instalada cerca del rio, una circunstancia que siempre le ha interesado. En 1973 realizó la primera de sus ciudades cuya silueta, al igual que las que hizo en esa primera etapa, se inspiraba en ciudades junto a un rio, como Nueva York o Chicago. El agua es desde siempre elemento fundamental para él por estar en su origen natal. «Yo desde pequeño he jugado con el agua. Los huertanos han trazado siempre todo tipo de geometrías para habitarlas con el agua, para llevar el agua en brazos de tierra, de arcilla o de hormigón. El agua es la vida. Casi todo, lo seminal o lo corporal, es agua; es el gran vehículo en el que se desenvuelve y gesta lo que va a nacer y morir».

De 1984 es la Font pública de Valencia, conocida por la mayoría con el nombre de La pantera rosa. En 1994, Miquel Navarro se quejaba de la falta de mantenimiento; bastaba con restaurar algunas zonas y pintarla. Proteger, mantener y conservar el patrimonio son algunas de las condiciones básicas a las que están obligadas las administraciones. Al Ayuntamiento de Zaragoza corresponde velar por las intervenciones escultóricas realizadas con motivo de la Expo 2008, tan singulares. Tras una temporada sin agua, hace unas semanas que alguien se ha interesado en activar el sencillo mecanismo de la fuente de Miquel Navarro, cuya estructura requiere limpieza general y una mano de pintura; o dos. Fácil de resolver, en cualquier caso.

Como es habitual en sus esculturas públicas ideadas para ser ubicadas en el exterior, Miquel Navarro utiliza elementos geométricos que faciliten el cambio industrial a mayor escala, en relación directa con el lugar donde ha de intervenir. No sería oportuno, reflexiona el autor, modelar una imagen que posteriormente deberán resolver otras manos. De sus juegos infantiles, que ya eran escultóricos, Miquel Navarro recuerda que cogía «la arcilla que se depositaba en las acequias y con ella modelaba mis figuritas. Tendría yo como diez años y era un apasionado por el objeto encontrado. Vivía en una zona que era semiindustrial y agrícola a la vez, con muchos solares, que eran como campos arqueológicos en los que podías encontrar cosas curiosas». Su fascinación por las ciudades se inició en sus viajes a Valencia desde Mislata. «La ciudad, como su nombre indica, es femenina y su discurso horizontal es como un hueco que se llena de corrientes y flujos, la ciudad es una gruta con manantial». Un manantial que es hito vertical, falo, centinela. Válvula con alberca insiste en la tensión entre la horizontal y lo vertical que rige el planteamiento urbanístico de sus paisajes escultóricos, que son sus ciudades. «Hay una cierta permanencia en lo vertical. Y en cambio, lo horizontal tiene muchas más posibilidades temporales y de juego (...) Dos discursos distintos. El discurso de lo vertical que sube y baja, que emerge o se abisma, y el de lo horizontal que tiene la lenta y rumorosa sensibilidad de lo temporal». El elemento vertical en Válvula con alberca es un hito que señala el lugar donde surge el agua, cuyo discurrir sucede en lo horizontal, sin emergencias ni abismos.