El cuadro Retrato de una niña, atribuido a Velázquez, fue vendido el martes en una subasta por 8 millones de euros, el precio de salida, a un comprador no identificado.

El Estado, que había comunicado a Abalarte la «inexportabilidad» del cuadro el pasado viernes en atención a su valor artístico, a la vez que la de una escultura del siglo II (Eros Tanatos, vinculada al yacimiento arqueológico burgalés de Clunia Sulpicia), decidió no ejercer su derecho de tanteo. La pieza la adquirió «un español», según la sala, que no quiso facilitar más datos sobre la identidad del comprador.

El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte declaró en una Orden Ministerial, «expresamente», y «como medida cautelar», «inexportable» la obra, debido a que es un bien de «gran interés» para el patrimonio histórico español y a que, «a falta de unos estudios técnicos más completos, todo parece indicar que se trata de una obra atribuible a Velázquez». La pieza, que estaba en manos de la misma familia desde hace un siglo, aunque se desconoce su devenir en los trescientos años anteriores, según la sala, no había sido estudiada hasta ahora, por lo que sus propietarios desconocían su gran valor histórico-artístico y económico.

Si finalmente los estudios técnicos demostraran que es de Velázquez, tendría un valor incalculable porque se trata de los pocos cuadros que hay en España de la primera etapa del artista, de la misma época que Vieja friendo huevos (1618), que está en la National Gallery de Londres; El almuerzo (1617-18) que cuelga en el Hermitage o de La adoración de los Reyes Magos (1619) del Museo del Prado. El hecho de su inexportabilidad retiró de la puja inversores e instituciones extranjeras que habían mostrado su interés por el cuadro.