La poesía joven necesitaba un espacio para convivir semanalmente, fuera de círculos especializados o autores con obras publicadas. Noches de Poemia, iniciativa que toma lugar todos los miércoles en el sótano de La Bóveda del Albergue, no solo ha conseguido consolidar una cita semanal a tener en cuenta por los amantes de la poesía, sino que este año quiere crecer.

Llevando un paso más allá su filosofía de romper el elitismo que rodea a la poesía, ayer los organizadores (Sandra Lario, Adrián Flor, Ana Baquedano, Beatriz Royuela y Luis Guebba) pasaron la tarde enseñando a jugar a niños con los versos.

«Es la primera vez que hacemos algo con niños, y el objetivo es que vean la poesía como algo a su alcance», comenta Lario. Royuela, otra de las organizadoras, se encuentra sentada en una máquina de escribir, con la que improvisará los versos que le sugieran una palabra escrita por los niños en un trozo de tela. «¡Esternocleidomastoideo! ¿Sabes lo que es?», exclamaba una niña, divertida ante tal reto, quien finalmente se iría más contenta aún con su escrito en la tela.

Tras los talleres de escritura creativa, algunos combinados con lecturas de poemas, «no solo infantiles, también poemas que leería cualquier persona que pueden entender», según Flor, los niños también aprendieron el concepto de poesía como tal, aunque, tal y como les indicó Baquedano en su lección, «fuera de lo que es la métrica, el ritmo y cuestiones formales, con enfoque en las emociones y en expresar sentimientos».

Después de la teoría, los pequeños aprendieron a escribir a partir de una palabra, y también aportaron un verso cada uno para un poema colectivo, en el que no podían saber qué ponía en el verso anterior, dando un divertido y caótico resultado final.

Por último, los niños practicaron también dibujo ilustrando sus escritos, ya que «los poemas al fin y al cabo son imágenes», destaca Lario.

Segunda temporada

El grupo, que ya está en proceso de constituirse en asociación, se encuentra inmerso desde septiembre en su segunda temporada en La Bóveda del Albergue, donde lleva más de un año programando actividades como recitales o presentaciones de libros.

Este año «diferenciarnos de otras propuestas de poesía en Zaragoza», comenta Lario, como el taller infantil y más que ya han hecho, pero que seguirán manteniendo, como «juntar poesía y pintura, en recitales donde una autora va pintando un cuadro sobre la temática dada», o el tupperlibro, «como un tuppersex», explica, «donde la gente trae sus novedades y se habla sobre literatura, para luego hacer un intercambio de libros entre los presentes».