HABLANDO DE A.F. MOLINA

Varios autores

L. del Inombrable

La muerte de Antonio Fernández Molina en 2005 dejó al mundo artístico huérfano de uno de sus personajes más carismáticos. Pocas formas de expresión se dejó por explorar Fernández Molina, pintor, novelista, ensayista pero sobre todo poeta con una capacidad creativa que se tradujo en una obra nutrida, rica y muy variada, siempre marcada por un estilo propio y genuino. Sin embargo, a pesar de ese amplísimo legado y de que su valía fuera reconocida por muy sagaces personalidades -empezando por Camilo José Cela, de quien fue secretario en tiempos de la revista Papeles de Son Armadans-- su nombre y obra parecen haber ido pasando a un preocupante letargo.

La editorial Libros del Innombrable, con la que Fernández Molina tuvo una relación de complicidad desde sus primeros pasos, ha estado siempre ahí manteniendo viva la llama de su obra. Y ahora alimenta ese fuego con la edición de Hablando de A. F. Molina, un libro en el que se recopilan artículos, reseñas, testimonios y entrevistas en torno al autor manchego de origen --nació en Alcázar de San Juan- pero zaragozano por afinidad -con una amistad con Miguel Labordeta que solo la muerte pudo truncar-.

La edición de su hija Ester en la recopilación de textos sobre su padre ha sido laboriosa, ya que se recogen artículos aparecidos en tiempos y lugares dispares, y que sirven para formar un interesante mosaico en el que todas sus teselas apuntan a un artista original. No menos valiosas son las semblanzas y entrevistas que cierran el volumen, y que acercan más a la figura humana de Fernández Molina -aunque quienes lo conocieron saben que vida y obra fueron siempre de la mano en él-. Ya sea como un primer acercamiento o como recordatorio, este libro es una buena manera de andar junto a Fernández Molina por todos esos caminos que a él le gustó recorrer y a veces descubrir.