Era el nombre que daban los nazis a las personas con alguna discapacidad, a las que también llamaban vidas inútiles, bocas inútiles, vidas indignas de ser vividas... Nombres desagradables que lo que hacían era quitarle valor y dignidad a estas personas». Y uno de esos, explica la codorectora Magda Labarga, Cáscaras vacías es el que da título a la obra que esta noche (20.30 horas) aterriza en el Teatro del Mercado, donde también se podrá ver mañana a la misma hora, de la mano de Lazona y el Centro Dramático Nacional.

AL PRINCIPIO, UN TALLER

El proyecto surge, reconoce la propia Labarga, «en un taller que estábamos dando para artistas con y sin discapacidad. Y Laila (Ripoll, la otra codirectora) pensó que un elenco con personas con discapacidad sería ideal para contar lo que sucedió en el castillo de Hartheim». Este fue uno de los seis lugares en los que el régimen nazi ensayó sus planes de extermino con personas discapacitadas en lo que llamaron Operación Aktion T4: «Un programa de eutanasia que los nazis implementaron para asesinar a todas las personas con alguna discapacidad». Como consecuencia, se asesinaron a 200.000 personas.

Ahí nace una obra, coescrita por ambas, y que va más allá de la Historia con mayúsculas: «A medida que nos fuimos metiendo en el trabajo de documentación nos dimos cuenta que era pertinente contar esta historia ahora porque estamos viviendo una época que se parece bastante a la de la Alemania nazi, en la cual solamente aquello que es excelente, que da beneficios, parece que tiene valor, y de alguna manera nuestra obra no solamente quiere contar un hecho histórico del cual se tiene muy poca información sino además hacernos pensar acerca de nuestro presente».

Natalia Abascal, Raúl Aguirre, Patty Bonet, Ángela Ibáñez, Jesús Vidal y David Blanco, todos ellos discapacitados menos este último, son los protagonistas de esta obra: «Nos hemos encontrado —asevera Labarga— con artistas capaces de producir belleza que es lo que debe ser cualquier artista. ¿Ha habido dificultades? Sí, son diferentes a las que tienes cuando trabajas con un elenco de otras características pero lo que son capaces de ofrecer artísticamente es tan poderoso que vale la pena afrontarlas. Quiero decir, que pasado el tiempo nos resulta tanto a Laila como a mí más enojoso hablar de lo que no pueden que de lo que pueden, queremos hablar de lo que pueden. A nadie se le ocurre, frente a un actor o actriz maravilloso, decir lástima que no cante, que no sea equilibrista… A nadie se le ocurre decir lo que no pueden sino admirar lo que pueden hacer, que es mucho».

Con respecto a la puesta en escena, Magda Labarga destaca «su desasosegante escenografía maravillosa de José Luis Raymond ,que ha evocado las cámaras de gas donde se asesinó a las personas con discapacidad, que fueron las primeras personas asesinadas por los nazis». Algo que ayuda para el desarrollo de la trama que se desarrolla en un plano muy emocional: «El lenguaje en el que está contado todo es el del cabaret que es el que nos permite entrar en los personajes, en su alegría y en su capacidad para la belleza en toda su potencia y lo que rodea este cabaret es la tristeza y el horror», insiste la directora que cree en el factor emocional de Cáscaras vacías: «El público se emociona y piensa, la simple cercanía es ya una labor importante y es uno de los lenguajes artísticos que estamos trabajando, acercarte a una realidad y a unas diferencias».

Las entradas para cada una de las representaciones (hoy y mañana, 20.30 horas), que se pueden adquirir en los cajeros y la web de Ibercaja así como en las taquillas del Principal, cuestan 12 euros.