Unos cuantos instrumentos bien afinados, músicos para tocarlos en buena sintonía y gente con ganas de pasárselo bien. No hace falta mucho más para que un festival sea un éxito. Y. una vez más, la edición del Slap! Festival lo demostró. No era una buena hora y el tiempo quizá tampoco acompañaba porque el viento estaba haciendo de las suyas pero unos minutos antes de las 16 horas, el escenario exterior del CMA Las Armas no daba tregua de la mano de los griegos Afrodyssey Orchestra que, aunque algunas a regañadientes, provocó que las cerca de 200 personas que estaban ese momento, se movieran (aunque fuera solo un pie) al ritmo que marcaban sus saxos, sus guitarras y su percusión. "Es cuestión de ritmo", le decía un joven a su pareja mientras trataba de levantarla de la silla en un momento en el que, en este caso sí, el viento jugó a su favor porque, escondido el sol entre los edificios, la temperatura empezaba a ser gélida. Aún así, varios eran los que decidían disfrutar de la música desde la comodidad de las mesas de la terraza del bar. Diferentes maneras de disfrutar de un festival.

DESDE LAS ALTURAS

Era el último concierto del escenario exterior que sucedía al que habían protagonizado los aragoneses Peabodys desde las alturas. En una de las sorpresas (anunciadas pero no desveladas) del festival, la banda ofreció su concierto desde dentro del CMA Las Armas pero con los ventanales abiertos para que se les escuchara (y viera) desde la plaza. Era la hora del vermú y la calle se había llenado para disfrutar de la música y el buen tiempo (el sol entonces calentaba el ambiente) ante un centro que lucía en su fachada una gran chapa con el nombre del festival (que estrenaba localización en este 2015). Fue uno de los momentos culmen de una mañana en la que hasta el televisivo chef Daniel Yranzo se apuntó al festival con sus raciones de comida soul. Todo junto provocó que confluyera en estas horas matinales (el festival arrancó a las 12 horas con una sesión a los platos de spanish soul protagonizada por los locales Elejota & El Surco) una gran variedad de público, desde el más familiar (con críos pequeños incluidos) hasta el más especializado (los amantes de la música negra que intentan disimular su ausencia de negritud con sus pasos de baile).

LA LEYENDA FRED WESLEY

Pero los platos fuertes estaban por llegar. Y es que las actuaciones vespertinas ya eran harina de otro costal. A las 18 horas (ya en el escenario interior, de pago) fue el turno de la banda estadounidense Enablers (banda de post-punk llegada de San Francisco) a la que siguió la zaragozana Bang! que caldeó el ambiente antes de que saliera a escena la gran estrella del festival de este año, el trombonista Fred Wesley, creador de un sonido muy especial dentro del funk como demostró ayer en el escenario del CMA Las Armas.

Tras él, llegó ya la recta final de la cita con la presencia de los norteamericanos Screaming Headless Torsos (con David Fuiczynski a la cabeza) y de Reservoir Funk para echar el candado a un festival cuyos seguidores ya esperan con avidez a su hermano mayor y a las sorpresas que puedan traer este año sus organizadores. Larga vida a la música negra.