La 59ª edición del festival de cine de Cannes llega hoy a su conclusión con dos películas de autor especialmente bien situadas para coronarse con la Palma de Oro: Volver, del manchego Pedro Almodóvar, y Babel, de Alejandro González Iñárritu. Siguiéndoles los pasos, según los pronósticos de la crítica internacional, se sitúan Indig¨nes, de Rachid Bouchareb; Iklimler, de Nuri Bilge Ceylan, y la controvertida María Antonieta, de Sofia Coppola.

Guillermo del Toro se postula, tras el aplaudido pase de El laberinto del fauno, como favorito en la categoría de mejor director. Crónica de una fuga, del uruguayo Adrián Israel Caetano, también podría colarse entre las preferencias del jurado.

Carmen Maura está convencida de que si la Palma de Oro dependiera de la organización se la daban a Almodóvar. "Seguro. Están locos por él", afirma la actriz, que recuerda que no siempre Cannes estuvo rendido al cineasta manchego. "Mujeres al borde de un ataque de nervios no la quisieron. Ahora parece que los franceses sean sus descubridores, pero no es así". La intérprete tiene en cuenta un factor importante a la hora de competir en un festival. "A veces el jurado, ante la duda, opta por la película que debe ayudar a andar. La nuestra tiene el camino hecho y la distribución internacional, asegurada". Realmente ha sido el caso de palmas recientes como Elephant, de Gus van Sant, y La anguila, de Shohei Imamura.

La sensación de que gana Volver se respira en el aire. En tiendas y restaurantes, todo el mundo lo da por seguro. Sin duda, Almodóvar es el director más adorado de Cannes. Durante su estancia, que se alargó hasta el jueves, no ha habido día en que su foto no saliera en las revistas y suplementos de diarios que se editan con motivo del festival. Las librerías destacan en sus escaparates el libro de la exposición que le dedica la Cinemateca francesa de París y la sección del Fnac donde se venden sus películas está señalizada con un colorido cartel en la entrada para que nadie pase por allí sin enterarse.

El rostro de su protagonista, Penélope Cruz, también persigue al visitante allá donde va debido a su desmesurada exposición publicitaria. Sus enormes ojos miran desde vallas y grandes almacenes. Su anuncio de cosmética aparece hasta en el catálogo oficial del festival.

PUNTOS A FAVOR

Los caminos que emprende un heterogéneo grupo de personas de diversas nacionalidades a la hora de elegir la mejor película son imprevisibles. Pero este año hay un punto a favor. La mitad del jurado que preside el cineasta chino Wong Kar Wai está formado por dos directores (Lucrecia Martel y Patrice Leconte) y cinco actores (Monica Bellucci, Helena Bonham Carter, Zhang Ziyi, Samuel L. Jackson y el también realizador Tim Roth). Y Almodóvar es un gran director de actores. Le adoran. Sobre todo las actrices. También Martel. Almodóvar, desde su empresa El Deseo, fue el productor de su última película, La niña santa.

Coincidencias del destino, Guillermo del Toro, otro de los cineastas a los que El Deseo ha financiado una película --El espinazo del diablo-- participa en la sección oficial. "Con Almodóvar no se compite. Pedro es Pedro. No tiene rival", comenta el cineasta mexicano, que también coincide con otro amigo suyo en este certamen. "Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón me ayudaron en una larga noche a sacar los 10 minutos que sobraban de mi película, y yo participé en el montaje de Babel. Le dije dónde podía cortar tres minutos. Es así, nos apoyamos".

Justo fue en Cannes donde en 1999 Almodóvar midió por vez primera su talento con otros directores. Todo sobre mi madre se llevó el premio al mejor director. Después tuvo el honor de abrir la sección oficial con La mala educación. El cine español, hasta hoy, sólo tiene una Palma de Oro: Viridiana, del realizador aragonés Luis Buñuel. Fue en 1961. Desde entonces han pasado 45 años de sequía dentro de un festival que pronto celebrará su 60° aniversario.