La escuela de danza de María de Ávila es un referente a nivel nacional que ha conseguido, gracias a su prestigio y su trabajo, que sus alumnos formen parte de alguna de las compañías más grandes e importantes del mundo. Este es el caso de Dores André y de Diego Cruz, bailarines del San Francisco Ballet, que ayer estuvieron presentando un nuevo espectáculo que les va a volver a permitir actuar sobre las tablas del Teatro Principal. Y Volver es precisamente como se llama esta gran gala que ocupará el escenario zaragozano mañana y pasado, con una sesión cada día que comenzará a las 20.30 horas.

Este espectáculo pretende mostrar la esencia del trabajo de los bailarines de la San Francisco Ballet, una de las compañías más importantes de los Estados Unidos que dada su gran estructura no suele girar por Europa. En representación pues de esta escuela californiana, va a venir un elenco internacional de nueve bailarines, entre los cuales hay varios alumnos del estudio de De Ávila además de André y Cruz, como el coreógrafo Myles Thatcher. En este proyecto han participado además otros bailarines zaragozanos como Jorge García, del Basel Ballet, que ha diseñado una de las coreografías de la gala.

Volver comenzó a gestarse hace un año cuando André estuvo en Zaragoza presenciando uno de los espectáculos del proyecto Distrito Danza. Según Víctor López, gerente del Patronato de las Artes Escénicas y de la Imagen, todo ha sido posible gracias al programa Cartografía, un proyecto que se puso en marcha para localizar bailarines nacidos o formados en Zaragoza y que ha permitido que estos artistas se hayan puesto en contacto y que hayan comenzado a trabajar juntos para poder retornar, aunque solo sea a ofrecer dos sesiones, a su ciudad de origen. «Hace más de 15 años que no bailo en el Teatro principal, y me llena de alegría poder hacerlo de nuevo, delante de mis amigos y mi familia. Trabajar con gente con la que aprendí a bailar es muy especial», dijo Cruz.

El espectáculo consta de cinco piezas, las cuales tienden casi todas al neoclasicismo, corriente en la que están instruidos estos bailarines. El primer pasaje de la gala, Redbird, dura 28 minutos y junta a ocho bailarines en escena que escenificarán, a través de sus simbólicos movimientos, lo mejor y lo peor de nuestra sociedad. Después, Cruz interpretará solo Nocturno tras lo cual se representará la pieza más contemporánea de las cinco, Reels, de la coreógrafa Dana Genshaft. Romeo y Julieta, subirá de nuevo al escenario a André, que bailará acompañada de Ulrik Birkkjaer. Por último, como broche final a esta gala que pretende celebrar el retorno a la tierra de los bailarines exiliados por la falta de oportunidades, se mostrará la coreografía de García, Golden Insomnia, un trabajo que está acompañado por la música del genio Johann Sebastian Bach.