Genio, palabra que se utiliza demasiado a la ligera, es, en el caso de Will Eisner, padre de The Spirit y de la novela gráfica, gracias a su Contrato con dios, definición perfecta para un autor que ha marcado a generaciones de comiqueros, y de quien en 2017 se cumple el centenario de su nacimiento.

El Salón Internacional del Cómic de Barcelona -que ayer agotó las entradas por primeravez en su historia- le rinde homenaje con una exposición dirigida a un creador que subvirtió géneros, introdujo la ironía y el humor donde no la había y dotó a la viñetas de un contenido argumental y un continente estilístico que abrió el medio al público adulto.

«Nos enseñó todo, a amar, a respetar y a desarrollar el cómic; primero, rompiendo las normas establecidas, burlándose de los géneros y las actitudes estrictas, intuyendo que el humor y la parodia podía funcionar en el policíaco y no sólo eso, sino que luego mostró cómo se narra una historia en pocas páginas de forma perfecta», señaló Antoni Guiral, comisario de la muestra.