--¿La nieve y otros complementos circunstanciales (Xordica) es un largo viaje de lo esencial a lo existencial?--Precisamente, el otro día un amigo me decía, al hilo de esto, que descubría en La nieve y otros complementos circunstanciales dos cosas: una indagación en lo local y una trascendencia en lo espiritual. De la última parte no soy plenamente consciente. Supongo que todos de alguna manera estamos buscando a dios, yo soy ateo de estricta información católica. Sí, es un largo viaje pero de alguna manera la preocupación existencial, de que hacemos en este mundo, pues me preocupa.

La nieve y otros complementos circunstanciales

--¿Se podría ver también un segundo viaje paralelo que iría de lo particular representado por la aldea asturiana de la que procede a lo universal visto en las grandes ciudades que refleja en el libro?--Es algo autobiográfico. Yo soy de una aldea donde configuré mi forma de ver el mundo; he vivido en diversas ciudades, fundamentalmente en Oviedo, pero también en Roma, Lisboa, Granada... y he viajado, conocido ciudades donde he estado temporadas largas y de ello hablo. Es simplemente autobiográfico. La vida de las personas en la actualidad van, efectivamente, de lo local a lo universal pero encontrando siempre sitios donde la gente vive de una determinada manera y tiene una identidad. Me he descubierto como un coleccionista de identidades, he tenido la suerte de coleccionar diversas identidades sin perder ninguna anterior.

--Este libro se publicó en castellano en el 2005 y ahora lo reedita Xordica en castellano. ¿Ha cambiado algo Xuan Bello desde que lo escribió?--Una barbaridad. Este libro se edita en asturiano en el 2005. Dos años después se publica en catalán y ahora se publica en castellano. Yo en mis traducciones intento dar algo nuevo al lector y lo que he hecho es en este último es incluir algún texto más reciente. Hay textos donde digo que tengo 40 años y hay uno en el que confieso mi edad actual, 47 años. Pero sí, me interesa eso que dices porque yo creo que el principal personaje del libro es el tiempo que pasa. Creo que, un libro, lo primero que tiene que demostrar es que entre sus páginas hay un hombre que envejece.

--Habla de la justicia social con una definición que me parece cercana a la utopía, ¿Es una utopía?--No lo creo. La justicia social es algo que se conquista y que, como estamos viendo últimamente, se pierde muy fácilmente. Y me preocupa mucho. Creo que la justicia social ha costado mucho sufrimiento de las personas y muchas veces la sociedad no se da cuenta de aquello de lo que disfrutamos, como la jornada laboral de ocho horas, o una seguridad social, de la igualada del hombre y de la mujer, tantas cosas... Eso costó a muchas personas años de sufrimiento y de cárcel y de sacrificios que a algunos los llevó hasta la muerte. La justicia social no es un no lugar, algo deseable que no se puede conquistar por mucho que hagas. Se puede conquistar pero también se puede perder muy fácilmente.

--¿Se escribe desde el dolor?--Escribo sobre cosas que tienen que ver con el dolor, pero no soy un constructor de abismos. A mí me gusta construir puentes sobre el abismo tanto para mí como para el lector. Yo escribo para descubrirme a mí, para sanar, para que no me duela... pero, claro, si escribo para que no me duela es que me duele, ¿verdad?