Los zaragozanos tenían ganas del Plata porque llevaban 16 años esperando su reapertura. Y así lo demostraron en la jornada de ayer, llenando las tres sesiones de los espectáculos más picantes de la ciudad; y es que un estriptís a las cuatro de la tarde y tomando un café, eso solo lo tiene El Plata.

Un centenar de personas hacían fila a las cuatro de la tarde, pese al calor, a la entrada de la calle Cuatro de agosto. Durante la espera, algunos recordaban con nostalgia como era hace 20 años la ciudad y el café. "El espectáculo era el mejor de la época, ya no los hay como entonces", decía Juan, de casi 70 años, que quería mostrarle a su mujer donde había pasado algunos de los momentos de juventud. Otros, más jóvenes llegaban con motivos mucho más emotivos. Ana tiene ahora 30 y no había entrado nunca al Plata "pero mi padre a veces me hablaba del ambiente que se respiraba, así que aquí estoy para rendirle un pequeño homenaje porque falleció hace unos meses".

La espera se alargó más de lo esperado y muchos se empezaron a impacientar. "Vámonos y venimos a la segunda sesión", decían unos, y otros añadían: "Cuando veníamos de la mili era llegar y entrar y ahora mira".

Faltaban unos minutos para las cuatro y media y las puertas se abrieron. Carla Torbellino, un travesti vestido elegantemente de baturra, daba la bienvenida con un platito de trufas en la mano (sólo en la sesión de tarde). "Prueben las trufas del Plata, que me han tenido hasta las 6 de la mañana", decía con humor. Poco después, ella misma se encargaba de animar la ya repleta sala. "A ver quien canta una jota", pedía, y sin tenerlo que repetir, María Pilar se animaba con La paloma blanca. En la sesión de las ocho (y media), era Maribel la protagonista de los gritos de "hala mañica". Pero como Carla es mucha Carla ella no quiso ser menos, así que pese a su bata de cola, se quitó la peluca, se presentó como Juan Carlos Arduso, y cantó con el local lleno hasta la bandera, tanto, que muchos veían el show de pie.

Una vez puesto de manifiesto el fervor aragonés, llegó el humor y el picante. El foco se trasladó a la barra del bar donde Joel --un joven escultural muy bien trabajado en el gimnasio-- en apenas un par de minutos se quitó el pantalón, la camisa y un minúsculo tanga; y es que la igualdad ha llegado también al striptís integral. Las señoras, las más agradecidas con el baile del chaval, mientras los hombres, sobre todos los de primera filas no podían aguantar la mirada. Algo que sí hicieron cuando cuando las protagonistas fueron tres jóvenes con un pantaloncito corto y en toples quienes jugaban con tres tazas de café y sus senos siliconados en el número de La lechera, al son de Mon cherie. Después volvieron ellos disfrazados de escoceses, o sea, falda y nada por debajo. La función de las 8 continuó con un striptís al ritmo de capoeira, humor, canción, cabaret, copla española e incluso dos grandes cantantes clásicas. Y por su puesto, La chica del 17, esa que hicieron famosa Mary de Lis y Marga Castillo, que aunque algún día volverán, no son fijas del espectáculo. En total, el equipo tiene preparados 32 números que van variando en las sesiones.

El público respondió como se esperaba, con muchos aplausos y alguna que otra queja por el precio del café (3,40 euros). Mientras, Bigas Luna, director artístico del local, no paraba de señalar defectillos y de hacer fotos a sus artistas.

De momento, tres son las sesiones de los espectáculos y, a partir del 3 de julio, y reflejo de los nuevos tiempos, durante todas las noches se convertirá en discoteca. En la primera sesión estarán DJ Ladyfunk, Extremo & Put-1, Mohak, Le Freak Selector, Manuh´al Roots Fundation.